LIMA, 27 de Junio
(PL).—La intriga, la confusión y el chantaje se
perfilan hoy como armas del ex asesor presidencial peruano, Vladimiro
Montesinos, ante 52 juicios y 90 investigaciones fiscales y policiales
abiertas en su contra.
Esos ingredientes, que usó Montesinos con profusión cuando fue asesor
del expresidente Alberto Fujimori, están presentes en el contenido de las
presentaciones del personaje ante cuatro jueces, durante un total de más
de diez horas.
Según trascendidos de prensa, el ex consultor, capturado por la
Policía venezolana el fin de semana último y entregado sumariamente a
Perú, asegura tener información que comprometería no solo a políticos
fujimoristas y contrarios a aquel régimen.
Amenaza con un verdadero terremoto político por esas revelaciones,
contenidas en 30 mil videos furtivamente grabados, y asegura que el asunto
involucrara inclusive a diplomáticos extranjeros.
Montesinos también sostiene que todo lo que hizo obedeció a órdenes
de Fujimori, apela a la intriga contra el actual gobierno cuando dice
haberse entregado por considerar que tiene más posibilidades de negociar
su situación ahora y no bajo el régimen del presidente electo, Alejandro
Toledo.
También trató de involucrar al jefe actual del comando conjunto de
las Fuerzas Armadas, general Miguel Medina Ramos, al sostener que
participó bajo sus órdenes en operaciones de compras de armas cuyo
carácter corrupto es materia de documentadas denuncias.
La venganza contra el gobierno venezolano por haberlo entregado está
presente en la afirmación de que trabajó seis meses para esa
administración y negoció nada menos que con el Presidente Hugo Chávez
su situación.
Para el diario La República, el ex asesor está desplegando lo que se
conoce como una "operación psicosocial" similar a las muchas que
realizó cuando estaba en el poder del brazo de Fujimori.
Se trata de la manipulación de hechos para confundir o alejar a la
población y la prensa de la verdad e imponerle certezas virtuales, según
expertos en el tema.
El rotativo citado pone en duda la credibilidad de Montesinos y pide
tomarlas con cuidado. Ante los jueces, dice, habló de muchas cosas, pero
todas de manera superficial, tratando de involucrar a determinadas
personalidades y obviando mencionar a sus allegados y en todos los casos
sin mostrar pruebas.
También de manera genérica, ofrece colaborar a cambio de inmunidad
para su familia, insinuando que podría dar elementos de juicio contra el
expresidente Fujimori, refugiado en Japón.
Montesinos ha puesto incluso condiciones, a través de su esposa,
Trinidad Becerra: si lo trasladan, como parece estar decidido a la
inexpugnable Base Naval del vecino puerto del Callao, no cooperará con
los jueces.
Dice temer por su vida en un recinto militar, aunque la prensa cree que
puede temer el régimen de aislamiento total que concibió en esa
instalación naval para el duro encierro de los dirigentes de grupos
insurgentes allí enclaustrados de por vida.
Magistrados consultados por Prensa Latina dijeron que la base es el
lugar más seguro para Montesinos, ante el peligro real de que pueda ser
objeto de un atentado de quienes, cómplices impunes hasta ahora de sus
crímenes, temen ser puestos en evidencia.