Cuba
está por globalizar esfuerzos
contra la droga, dice Ministro
Ante la globalización del fenómeno de la droga a nivel mundial, hay que
globalizar los esfuerzos para frenar ese flagelo, afirmó hoy Roberto Díaz Sotolongo,
ministro de Justicia de Cuba.
El también presidente de la Comisión Nacional de Drogas abrió en esta
jornada un ciclo de conferencias de titulares cubanos, organizado de forma paralela a las
sesiones de la 105 Conferencia de la Unión Interparlamentaria, inaugurada la víspera en
el Palacio de las Convenciones.
Explicó que esa Comisión fue fundada en 1989 con tres líneas
fundamentales de labor, que persiguen fortalecer el enfrentamiento del tráfico ilícito
de estupefacientes y la cooperación internacional, y la implantación del primer programa
nacional del uso indebido de drogas.
Cuba, ratificó, no es consumidor ni productor ni sirve de tránsito en
ese comercio ilícito, a pesar de los esfuerzos de los enemigos por incluirla en las
listas de países de alto riesgo.
Díaz Sotolongo señaló que las prioridades van encaminadas a impedir que
tal mal penetre la sociedad cubana y que vaya a terceras naciones, a pesar de que la
ubicación geográfica de Cuba la compromete, por ubicarse en el camino entre los
territorios productores del sur y el principal consumidor del norte.
Lo que más nos afecta son los recalos que llegan a nuestras costas,
precisó el Ministro, quien indicó que en el 2000 se incautaron cerca de 12 toneladas, la
mayor parte de ellas de marihuana, en un volumen superior al de 1999 entre cuatro y cinco
toneladas.
Ese incremento, explicó, demuestra que el tráfico ha crecido, como
también el nivel de enfrentamiento, criterio apoyado por el destino de 54 millones de
dólares y 81 millones de pesos al sostenimiento de los tropas guardafronteras, principal
valladar para detener tal flagelo.
Puso de relieve lo vital de la cooperación internacional. Cuba ha firmado
las tres convenciones principales de la materia y concretado 28 convenios bilaterales, en
igualdad de condiciones con otras naciones, fundamentalmente de América Latina, el Caribe
y Europa.
Mencionó que con EE.UU. existe una colaboración caso a caso, pese a los
ofrecimientos cubanos de formalizar los nexos en ese sentido, lo que convierte a ese
Gobierno en el principal aliado de los narcotraficantes de la región, no obstante a que
las más dañadas son precisamente las familias estadounidenses.
El titular de Justicia planteó que en Cuba existe un consumo incipiente
de drogas, pero ello no convierte a ese hecho en problema interno ni social ni de salud, y
aseveró que la sociedad cubana está en condiciones de impedir su progresión, dispone de
los mecanismos y las potencialidades para actuar con energía. (AIN)