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 Una vuelta a la semilla
ALFONSO NACIANCENO
Las mejores selecciones del voli internacional están a
las puertas del cuarto y decisivo mes del año, cuando la maquinaria ha de ponerse a punto
para acometer, en mayo, una edición más de la Liga Mundial.
Ahora, mientras los cubanos se hallan en la altura
ecuatoriana, el resto de los contrincantes tienen diseminadas sus fuerzas en diferentes
ligas profesionales, especialmente en la italiana, donde confluye una parte significativa
de las estrellas internacionales.
Los cubanos solo con una gran cantidad de horas
didicadas al gimnasio de pesas y a los entrenamientos consumarán la vuelta a sus
orígenes. Si un tiempo atrás la escuadra del patio sobresalía por su saltabilidad,
poder en el ataque y agresividad al jugar al voleibol, esos atributos fueron opacándose
paulatinamente, al punto de que en la pasada temporada los muchachos, por primera vez,
quedaron fuera de la finalísima de la Liga.
En cierta medida la potencia del plantel llegó a
descansar sobre el hombre más pequeño de la formación: Angel Denis, un jugador que no
se amilana ante los gigantescos bloqueadores que siempre ha tenido delante, especialmente
cuando el sexteto oponente se llama Rusia. Y hasta el mismo Denis había perdido algo de
su saltabilidad, hoy, para bien de la selección, bastante recuperada.
Una situación que el conjunto ha de plantearse de
inmediato, de cara a la Liga Mundial, será la sustitución del espigado atacador Osvaldo
Hernández, quien expresó su deseo de no continuar en el equipo. No será con toda la
experiencia requerida, mas el director de la preselección, Gilberto Idolo Herrera, dijo
contar con algunos jóvenes de sorprendente estatura listos para abrirse paso en la
posición del rematador agramontino.
Interesante también el panorama en el pase. Raúl
Diago, el acomodador-historia, ahora tiene al lado a Alain Roca, que hasta la temporada
del 2000 fungió como atacador, pero ya sus resultados aconsejaron buscarle otra plaza, la
de levantador, para la cual tendrá que habituarse, porque no es lo mismo atacar que
llevar las riendas del elenco dentro del taraflex.
La selección cubana no se caracteriza por la maestría
deportiva sobre la cancha. Sus posibilidades crecen en la medida que presenta una
excelente preparación física y arma su engranaje de ataque y bloqueo, temido por muchos
rivales años atrás. Si en la venidera Liga los alumnos de Gilberto Herrera retoman ese
camino de ofensiva-bloqueo, y si el trabajo impulsado para pulir a los líberos y mejorar
la defensa del campo ofrece resultados satisfactorios, el plantel estará nuevamente entre
los cinco mejores del planeta.
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