Camagüey

Pagos a jubilados en el barrio, iniciativa que se extiende

Enrique Atiénzar

CAMAGÜEY.-Sobradas son las ventajas para los jubilados que cobran en las bodegas del barrio, sin tener que desplazarse a largas distancias y esperar por las, en ocasiones, interminables colas. Además, casi siempre han resultado favorecidos por el pago con dos o tres días anticipadamente.

En Camagüey, desde hace algún tiempo, se puso en práctica la fórmula de incorporar las sucursales y las cajas de ahorro del Banco Popular a este sistema, y más recientemente, las bodegas, en coordinación con las empresas minoristas de Comercio Interior, en las que se benefician 15 000 jubilados localmente junto a otra modalidad: puntos de pago.

Zeida Castelló Murgas, jefa de departamento del Banco Popular de Ahorro, comentó que todo pensionado acogido a la Seguridad Social puede vincularse a la bodega más cercana al hogar, excluidos aquellos con réditos o formación de fondos y poderes.

Explica la funcionaria que este personal no es posible desconcentrarlo más, toda vez que implicaría un trámite complejo para los bodegueros, sin el entrenamiento de un bancario, especializado en llevar al dedillo los descuentos por diferentes conceptos.

Los puntos de pago no son más que locales autorizados por determinados organismos para viabilizar el trámite de cobro durante los primeros cinco días de cada mes de otros 40 000 pensionados, en un área que abarca más de las tres cuartas partes de la capital provincial.

Camagüey tiene un potencial de alrededor de 85 000 pensionados con una erogación por la seguridad social de nueve millones de pesos mensualmente, que presupone un amplio movimiento monetario, garantizar el anticipo a las bodegas, y el traslado de personal del Banco hacia los puntos de pago.

Esta descentralización hacia más de 200 bodegas en la ciudad de Camagüey (también en otros municipios se aplica) ha mermado las colas, dijo Zeida, quien aclaró que el pago de los jubilados nunca se atrasa y eso obedece a un programa de la oficina central.

La experiencia demuestra que los jubilados con cierta reticencia a no dejar de cobrar en el correo u otro tipo de unidad, después de ensayar con el cobro en las bodegas consideran este método mejor, y más viable.