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         Honor al objeto
          
        Toni Piñera
        La presencia en el panorama
        plástico cubano de una muestra como Mujeres más
        allá de la frontera, abierta en el Centro Wifredo
        Lam (San Ignacio y Empedrado, La Habana Vieja), posee el
        valor de todo un acontecimiento: el de permitirnos el
        acceso a la sensibilidad e incisiva invención poética
        de 180 creadoras de 150 países. 
         Al arte, en cada objeto se
        añade el valor y el peso de las historias particulares. 
        En un siglo que ha dinamitado las
        fronteras tradicionales entre las distintas prácticas
        artísticas, llega esta exposición, fruto de una
        original idea de las creadoras norteamericanas Lorraine
        Serena y Elena Siff, quienes se dieron a la tarea de
        distribuir por el mundo unas pequeñas cajas de madera
        para que en ellas vertieran su imaginación-arte, e
        indagaran en las preocupaciones de la mujer en las más
        variadas latitudes. 
        Como letras de un novedoso alfabeto
        plástico aparece ahora este conjunto de más de 150
        obras-cajas, poemas-objetos..., en los que queda
        ejemplarmente reflejada la imaginación objetual, y,
        sobre todo, la experiencia humana de artistas procedentes
        de Australia, Argentina, Austria, Kenya, Finlandia,
        Francia, Israel, Italia, México, España, Japón,
        Suecia, Viet Nam, Estados Unidos y Cuba.  
        En esas formas-objetos -que hasta
        el año 2000 viajarán por los países participantes-
        surgen signos contemporáneos que se transforman en
        "trofeos" rescatados de la realidad personal,
        piezas de un rompecabezas que arman a su antojo las
        creadoras, y donde se transparenta a la mujer y su mundo
        de cosas. 
        Las piezas están próximas a
        experiencias escultóricas y suponen una especie de
        alteración de los estados que son propios a los signos
        cuando contienen una palabra y una cosa a la que
        designan, a lo que se añade el valor y el peso de las
        historias particulares. 
        El objeto como presencia construida
        -y salpicado en su piel por elementos matéricos que lo
        enriquecen e influyen en su concepto-, y sus re-ferencias
        figurativas indudables, permiten pensar las obras como la
        creación de un mundo sutil y personal. 
        Viendo estas piezas se duda si el
        arte es una excusa para vivir o si la vida es una excusa
        para hacer arte. Lo que sí se palpa es la excusa para
        inventar nuevas formas narrativas. Y los
        objetos-esculturas-formas-signos-símbolos, cargados de
        elocuencia, cuentan anécdotas. Las artistas demuestran
        que toda la realidad cabe entre cajas, material, técnica
        y metafóricamente. 
        (Las artistas cubanas son: Minerva
        López, Rocío García, Jacqueline Maggie, Lidzie Alvisa,
        Belkis Ayón, Jacqueline y Yamilys Brito, Marta María
        Pérez, Sandra Ceballos, Zaida del Río, Sandra Ramos, y
        Aimée García). 
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