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Lucius Walker entregó el donativo a Pedro Bello,
jefe de la brigada de Posoltega.

Nicaragua

Entrega Lucius Walker donativo en medicamentos a brigada cubana

Orlando Oramas León
Enviado especial de Granma

POSOLTEGA, NICARAGUA, 4 de diciembre.-Lucius Walker, al frente de una caravana de Pastores por la Paz, entregó a la brigada médica asentada aquí un donativo de medicamentos que, dijo, expresan la contribución del pueblo norteamericano a la obra solidaria de Cuba en Nicaragua y otros países de Centroamérica.

Manos cubanas y estadounidenses se unieron en cadena para descargar la entrega, la cual se suma a otras donaciones de organizaciones nicaragüenses e internacionales a los médicos antillanos, para que puedan continuar atendiendo a la población local.

"Cuba y Pastores por la Paz están unidos por lazos muy estrechos", expresó el reverendo, quien recordó que fue en Nicaragua, una década atrás, cuando la agrupación humanitaria que representa tomó contacto con la Revolución Cubana, "al encontrarme aquí con médicos, maestros e ingenieros de la Isla que colaboraban entonces con el pueblo de Sandino".

La caravana de Pastores por la Paz salió hace dos semanas de Olympia, Washington, con la tradicional guagua amarilla que les distingue y un camión blanco cargado de donativos en medicamentos y alimentos para la población del municipio de Posoltega, donde el deslave del volcán Casitas ocasionó el mayor número de muertes en Nicaragua por el paso de Mitch.

Ayer fueron descubiertos otra veintena de cadáveres en una cañada en las afueras de esta localidad, un mes después de que el alud de piedras y lodo sepultara a varias comunidades de la zona.

El religioso estadounidense envió a través de Granma un saludo al pueblo de Cuba, a donde viajará en enero, como parte de los preparativos de la próxima caravana de la amistad, que, según sus cálculos, estará en La Habana a mediados de 1999.

SOLIDARIDAD CON MEDICOS CUBANOS

La solidaridad se revierte por muchos caminos y la presencia de nuestros especialistas de la Salud en Nicaragua ha originado un movimiento para garantizar los stock de medicamentos a las brigadas cubanas.

Los nuestros laboran en conjunto con las autoridades locales, que también les apoyan con el suministro de insumos médicos. Ayer las misiones cubanas recibieron donativos de alcaldías, entidades no gubernamentales como Cantera, Tesis, CIPRES, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos y organizaciones religiosas. La hermana teresiana, Felicia, una cubana que presta servicios en Nicaragua hace 37 años, también se sumó a la ayuda. Los laboratorios Zolka, locales, hicieron un aporte en medicamentos valorado en 10 000 dólares.

DIA DE TRABAJO Y CELEBRACION

Los brigadistas cubanos celebraron el Día del Trabajador de la Salud como una jornada más de trabajo, pero tuvo como colofón un encuentro a la criolla con personal de nuestra embajada. Luego de la visita de Lucius Walker a Posoltega, nuestros médicos se trasladaron a la finca La Curva, en Chinandega, donde se reunieron con sus colegas que allí trabajan.

Con el ronroneo de la planta eléctrica como acompañamiento, y bajo la luz pálida del único bombillo encendido en varios kilómetros a la redonda, el grupo de cubanos escuchó la carta enviada por el ministro de Salud Pública, Carlos Dotres, que leyó el doctor Reynaldo Pérez, coordinador de la colaboración médica en el país centroamericano.

Damián Arteaga, encargado de negocios de Cuba en Nicaragua, en emotivas palabras, les expresó que "el pueblo, el gobierno y Fidel, ven en ustedes la genuina representación de la Revolución". En nombre de los brigadistas, el doctor Rodolfo Alvarez dijo que en un día como ese añoraban estar con sus compañeros de trabajo en la Isla, pero en Nicaragua habían encontrado motivos suficientes para estar orgullosos de representarlos.

Luego, pareció como que la planta eléctrica enmudeciera ante los vivas a Fidel y a Cuba que dieron a la noche un toque de cubanía. Entonces vinieron las anécdotas. Los de La Curva ese día habían atendido a un centenar de pacientes y seguían llegando. Los nuestros contaban que fueron invitados al novenario por la muerte de Pablo, la primera víctima de la leptospirosis en Nicaragua, quien era vecino de la comarca.