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 Diez Nieto, un estreno merecido

Pedro de la Hoz
La contribución de la Orquesta Sinfónica Nacional al VI Congreso
de la UNEAC -noche de gala en la sala Covarrubias, hoy miércoles, a las 8:00 p.m., con
acceso al público en general- será espacio para el tardío pero justo reconocimiento de
uno de los compositores cubanos que a estas alturas no nos podemos permitir el lujo de
olvidar, Alfredo Diez Nieto.
Autor de un catálogo sólido, ceñido pero esencial, Diez Nieto,
sin embargo, no ha gozado de la promoción que merece. Aun cuando obras suyas hayan sido
interpretadas en una decena de países de Europa y Norteamérica y cada irrupción en el
plano nacional -sobre todo en el Festival de La Habana, que anualmente organiza la
Asociación de Músicos de la UNEAC- origine sorpresas y elogios -más de una vez he
escuchado a compositores y musicólogos atribuir sin reparos cualidades de excelencia a
obras de cámara de Diez Nieto presentadas en esos eventos- no se ha hecho una
sistemática valoración de su aporte ni ha sido notable su inclusión en los repertorios
frecuentados por solistas, conjuntos instrumentales y orquestas del patio.
La propia obra que se estrenará hoy ilustra ese giro: el famoso
director austriaco, Erich Kleiber, establecido en La Habana al frente de la Filarmónica
al inicio de los 40, mostró entusiasmo por la Primera sinfonía, del
entonces muy joven compositor, de manera que la incluyó en uno de sus programas. Con la
mala suerte de que el concierto donde debía estrenarse nunca se produjo, luego de haberla
ensayado: la crisis entre la directiva del patronato del organismo instrumental y el
director, que nunca quiso ceder a las presiones populistas de aquellas. Para conocer
detalles del asunto léase, en la recopilación de trabajos de Alejo Carpentier titulada
Temas de la lira y el bongó, la carta abierta que nuestro novelista mayor
remitió al presidente del patronato para denunciar la situación que motivó que Kleiber
abandonara la conducción de la orquesta. Desde entonces, ha esperado por su estreno
mundial de Primera sinfonía, de Diez Nieto.
En el compositor también hay que reconocer, ahora cuando llega a
sus 80 años de edad, llenos de energía y lucidez, una vocación social muy estable.
Fundador del conservatorio Alejandro García Caturla, profesor de la ENA, la Facultad de
Música del ISA y en la banda de Música del Estado Mayor de las FAR, se desempeñó
durante tres décadas como uno de los animadores del Seminario de Música Popular, que
sesionó en la antigua Iglesia de Paula: allí hizo mucho por el perfeccionamiento
profesional de los intérpretes de las mejores agrupaciones bailables, con quienes formó
una orquesta de conciertos en la que figuraron como solistas Rafael Lay y Richard Egües.
La gala por el Congreso de la UNEAC tendrá asimismo como invitado
especial al maestro Jorge Luis Prats, quien interpretará el Concierto No. 7 para
piano, de Johannes Brahms, con la conducción de Iván del Prado. Se trata de uno
de los más arduos conciertos románticos. |