Consejo Latinoamericano del SELA

Unidad e integración latinoamericana y caribeña en el centro de las deliberaciones

Amplias y variadas exposiciones en panel internacional de alto nivel sobre La dinámica de las relaciones externas de América Latina y el Caribe

Susana Lee y Joaquín Rivery

Ante la presencia atenta del Comandante en Jefe Fidel Castro, las personalidades invitadas al panel de alto nivel sobre la dinámica de las relaciones externas de América Latina y el Caribe expusieron en la tarde de ayer variadas posiciones acerca del presente, retos y perspectivas de la región y su vinculación con otras zonas del mundo.

mi3-1.jpg (7747 bytes)Carlos Moneta.

Las intervenciones se produjeron durante toda la sesión de la mañana para pasar en la tarde a los comentarios por las delegaciones presentes en la XXIV reunión ordinaria del Consejo Latinoamericano del SELA, llenas también de matices, de preocupaciones y de una creciente coincidencia en la necesidad de adoptar posiciones comunes ante el proceso de globalización que vive el mundo.

La primera exposición correspondió a Carlos Moneta, secretario permanente del SELA, quien centró sus reflexiones en los efectos en la región de la crisis financiera de carácter sistémico que tiene lugar desde finales del año pasado cuyo desarrollo ha demostrado que no se cuenta, a nivel multilateral, con un sistema efectivo para enfrentar situaciones de riesgo cada vez más frecuente.

mi3-2.jpg (6424 bytes)Harold Bernard St. John.

Señaló que una visión integral de estos fenómenos permitiría enfrentar simultáneamente los problemas que plantea la crisis actual y dar cohesión a las posiciones de nuestros países en los asuntos, cada vez más amplios y vinculantes, que se discuten en los organismos y foros internacionales, los cuales exigen una estrecha articulación entre políticas económicas y políticas externas.

Acerca de la condición indispensable de solidez de las economías nacionales para poder lograr una inserción positiva en la economía mundial y así evitar los peligros que puede entrañar la globalización, Moneta destacó que tanto esta como la necesaria armonización de políticas en los planos regional y subregional, suponen la adopción de modelos económicos que permitan adaptarse a las circunstancias actuales, sin que se antepongan las exigencias de la globalización a las necesidades de los pueblos.

mi3-3.jpg (6809 bytes)José Antonio Ocampo.

POSICIONES COMUNES ESENCIALES PARA LA SUPERVIVENCIA

Sir Harold Bernard St. John, ex primer ministro de Barbados, al exponer sus criterios, llamó la atención de las circunstancias en que se ven los pequeños estados que, por su tamaño, ven potenciada su vulnerabilidad en los choques que soportan, tanto económicos como de fenómenos naturales, y señaló que la diversidad de niveles de desarrollo hace a veces difícil lograr unificar las opiniones en todos los puntos de la agenda.

Al repasar las posibilidades de la región enfatizó los problemas de la cantidad de negociaciones simultáneas que se producen y la necesidad de unir recursos humanos para defender los puntos de vista comunes, como lo ha hecho el CARICOM.

mi3-4.jpg (7171 bytes)Makoto Utsumi.

Inmediatamente apuntó que "hay un número de temas en los que una posición común regional no solamente es posible, sino esencial para la supervivencia de América Latina y el Caribe en esta era de la globalización".

Saint John identificó algunas de esas áreas comunes, y luego insistió en que la situación internacional lanza a la región el reto de lograr la cohesión a un nivel más allá de las agrupaciones subregionales que entablan negociaciones separadas con otras zonas del mundo.

CINCO LECCIONES DERIVADAS DE LA CRISIS

Por su parte, José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de CEPAL, se refirió a los fuertes efectos que ha tenido la actual crisis financiera internacional en la región latinoamericana y caribeña, en los canales comerciales, en especial el deterioro sufrido en términos de intercambio de productos, en los financieros, cuyo reflejo más importante ha sido el cierre de mercados, y en las medidas de austeridad adoptadas para mantener la confianza en nuestras economías.

mi3-5.jpg (6311 bytes)Abraham F. Lowenthal.

Al respecto afirmó que en cualquier caso, pese a las fortalezas de las economías del área, sobre todo en materia de política fiscal y sistemas financieros domésticos, las consecuencias negativas de la crisis han excedido lo que hubiera podido esperarse, y prueba de ello se refleja en los niveles de crecimiento del Producto Interno Bruto de la región, que de un 4,2 por ciento programados para este año se verán reducidos a alrededor de un 2 por ciento.

Finalmente enumeró cinco lecciones derivadas de la crisis: la incapacidad de prever las consecuencias de los organismos financieros internacionales y del sector privado; la inestabilidad del mercado financiero; la necesidad de políticas expansionistas de la economías industrializadas y de fondos de contingencia, en el corto plazo y de una reforma profunda de la arquitectura financiera internacional en el largo plazo; y la necesidad de aumentar la capacidad de la región para manejar la volatilidad financiera.

mi3-6.jpg (6376 bytes)Guadalupe Ruiz-Giménez.

ACTO I: CRISIS FINANCIERA, ACTO II: CRISIS ECONOMICA

La introducción del elemento asiático en las exposiciones estuvo a cargo de Makoto Utsumi, ex viceministro de Finanzas de Japón, quien dio su visión de las condiciones que hicieron posible un rápido crecimiento de los países de su ámbito geográfico para luego caer en picada y ser los iniciadores de la turbulencia financiera actual.

Usumi dividió en dos actos lo sucedido: uno inicial que fue la crisis financiera y el segundo que calificó de crisis económica acompañada de crisis política.

Al comparar la situación del sudeste asiático y América Latina y el Caribe, el expositor nipón aseveró que medidas tomadas en la región evitaron que el efecto de la debacle asiática en ella fuera más profundo de lo que fue.

También explicó los pasos dados en Asia para revertir la situación, insistió en las primeras señales de recuperación que pueden ser positivas para todo el mundo y que la clave de la solución radicaba en que los asiáticos tenían que crear un clima político de apoyo a las medidas que se toman.

SOBRE LAS RELACIONES DE ESTADOS UNIDOS CON LA REGION

La penúltima exposición en el panel, a cargo del norteamericano Abraham F. Lowenthal, director del Centro del Pacífico sobre Política Internacional, estuvo dedicada a las relaciones de los Estados Unidos con América Latina y el Caribe en los últimos cien años, a partir de hitos históricos y acontecimientos que las han enmarcado, y que le hicieron afirmar, partiendo de ejemplos concretos, que en la actualidad han ido transformándose y reflejan experiencias y perspectivas muy diferentes a las de un tiempo atrás.

En la segunda parte de su exposición, a pesar de que, según señaló, el futuro no es claro, abordó sus criterios acerca de cómo se desarrollarían esas relaciones hasta el 2010, señalando que en los próximos años probablemente habría una dinámica difícil, compleja y contraproducente en tales vínculos, bastante distinta a los patrones conocidos desde el siglo pasado.

Una cosa sí es cierta y segura, concluyó, habrá mucho material para muchos seminarios y conferencias más, organizados por el SELA y por otras organizaciones.

UNA CUMBRE PARA EUROPA Y AMERICA LATINA Y EL CARIBE

En la intervención de Guadalupe Ruiz-Giménez, secretaria general de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos, se presentó un poco la historia de las relaciones entre Europa y América Latina y el Caribe y las perspectivas que tienen los vínculos crecientes entre las dos regiones.

La académica española abarcó desde el período en que Europa no priorizaba los lazos con los latinoamericanos hasta la nueva época, sobre todo a partir de 1986, cuando entran en la Comunidad Europea España y Portugal.

El acuerdo con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y convenios bilaterales con algunos países han llevado a un aumento del comercio y de las inversiones europeas en la zona latinoamericana y caribeña, según Ruiz-Giménez, al punto que Europa es hoy el segundo inversionista mundial en la región y el primero para el MERCOSUR.

Finalmente, destacó también la cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe que se efectuará en Río de Janeiro en junio de 1999.

PUNTOS COINCIDENTES EN LAS DELIBERACIONES

Con posterioridad y luego de un receso al mediodía se dio paso a las deliberaciones, en las que intervinieron los jefes de 13 delegaciones -Ecuador, Argentina, República Dominicana, Perú, Jamaica, Belice, Venezuela, Chile, Guyana, Costa Rica, Haití, México y Guatemala-, así como un invitado al encuentro (del Centro de Estudios Prospectivos de Francia), primando en sus opiniones asuntos tales como el impacto de la crisis financiera internacional en la región, no solo desde el punto de vista económico sino también social, la necesidad de poner fin al unilateralismo y de maximizar los beneficios de la globalización, previendo sus riesgos y reduciendo sus efectos nocivos.

Partiendo de enfoques muy realistas de las consecuencias de estos fenómenos a escala regional, subregional y nacional, se enfatizó en la necesidad de la unidad y de integración latinoamericana y caribeña como una reacción natural del continente ante la globalización y una respuesta colectiva común derivada del desafío que ella representa para nuestros pueblos, señalándose al respecto la importancia de la celebración de la próxima Cumbre Iberoamericana en La Habana, en 1999, en aras de tales propósitos.

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