 
Día de los Trabajadores de la Salud
Para saldar una deuda
ORLANDO ORAMAS LEON
Enviado especial de Granma
MANAGUA, Nicaragua, 2 de diciembre.-El año pasado mi médico de
familia me reprochaba que nunca hubiera escrito nada sobre nuestro personal de salud. Le
explicaba entonces que como redactor internacional del tema se ocupaba otro compañero,
pero la justificación no nos convenció a ninguno de los dos.
Quiero ahora saldar esa deuda, que se me hace grande, desde esta
sufrida tierra donde cada día siento más y más el orgullo de ser cubano, y estar
representado por estos hombres y mujeres que hacen de la bandera patria y una casa de
campaña, escenario natural para llevar salud a los nicaragüenses.
Son los integrantes de las seis brigadas médicas dislocadas en esta
tierra de lagos y volcanes, en los sitios más difíciles, allí donde el niño
desnutrido, la mujer descalza o el hombre sin esperanzas llevan a cuestas las enfermedades
de la pobreza y la marginación.
Mujeres como la enfermera Marisela Ayala, del policlínico
capitalino Tomás Romay, quien le pidió un día "botella" al auto que resultó
ser en el que viajaba el ministro de Salud Pública, Carlos Dotres. Ella tenía contrato
bien remunerado con una clínica privada de Cabinda. "Yo renuncio a eso, Ministro,
mándeme para Nicaragua que allí hago más falta". Y fueron directo al Ministerio a
llenar los papeles.
Qué decir del doctor Reynaldo Pérez, coordinador de las brigadas,
abriéndose paso en una congestionada carretera para salvar la vida a la pequeña hija de
un campesino, convulsionada por la meningo-encefalitis.
"A mí no hay quien me haga cuentos de miseria", me decía
otro de los integrantes de la misión médica mientras compartía su alimento con niños
semidesnudos en un refugio del intrincado San Juan de Limay, comarca donde muchas personas
aún duermen a la intemperie y claman por ayuda varias semanas después de Mitch.
Sean entonces estas líneas un intento de salvar mi deuda con el
doctor Geovani, allá en Lawton, y pretexto para reconocer la labor de nuestro personal de
salud, tropas de elite de la Revolución, victoriosas en los combates contra la mortalidad
infantil y numerosas enfermedades, erradicadas del archipiélago.
Destacar además que iguales propósitos les animan allende nuestras
fronteras, de ello dan fe las manos levantadas por estos días reclamando un puesto en el
programa integral para Centroamérica, donde brigadistas cubanos, en Honduras, Guatemala y
Nicaragua, hacen de su profesión y entrega, tarjeta de presentación de las cualidades
intrínsecas del pueblo al que representan. |