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Panamericano de Judo

Epílogo de lujo para 1998

Oscar Sánchez

A punto de recibir 1999 el judo se empeñó en una singular despedida a 1998, que ahora sí vamos a considerar como el mejor de la década.

Porque el equipo elite femenino cerró en el certamen panamericano de República Dominicana un año inmaculado en el que barrió en el circuito clase A de Europa, en los Centrocaribe de Maracaibo, y en el mundial de selecciones.

Porque tiene en sus filas a cuatro deportistas, Amarilis Savón, Legna Verdecia, Daima Beltrán y la líder de ese cuarteto, la invencible Driulis González, que pudieran incluirse en la selecta lista de los 10 mejores atletas del año, y a una candidata de fuerza a novata, Yurisleidis Lopetey.

Porque más que el despegue, 1998 se convirtió en el "pagador de promesas" del sector masculino con su exitoso paso por el periplo europeo; la barrida centrocaribeña en la ciudad venezolana, algo que pocos pensaron; ¿el sorpresivo? y meritorio quinto puesto en la lid del orbe por naciones y la devolución ¡al fin! de la corona panamericana.

Porque también llegaron cuatro títulos del planeta en la categoría juvenil, tres para las muchachas y uno varonil.

El judo acaba de escribir la página más selecta de los noventa.

Y fue en República Dominicana donde se firmó el epílogo de lujo. Las mujeres repitieron la hazaña de Mar del Plata-95. Dejaron sin opciones a toda América, pues ocho buscaron la corona y todas se la ciñeron. De los 26 triunfos, 15 encontraron en el tatami la máxima nota de Ippón para un excelente 57,6 por ciento de efectividad.

Tal vez la alta maestría de las chicas, encumbradas en la elite mundialista también como el mejor colectivo de la década en el orbe, no hace ver la magnitud del nuevo pergamino. Sin embargo, la perfección (de todas-todas), en cualquier escenario no permite ni el más mínimo error.

Todavía más trascendental para el deporte cubano es la victoria masculina. Desde 1991 no se conocía la cima del continente, y se podría decir más: ninguno de los que ahora llegaron a ella estuvieron entonces, incluso la escuadra que acaba de devolver la ansiada corona solo cuenta con un judoca que estuvo presente en el intento de 1995.

Razón tenía Justo Noda para el optimismo que muchas veces le increpamos. Incluso cuando nos dijo tras el pasado mundial, donde los sudamericanos terminaron subtitulares, "Brasil está a nuestro alcance". Nos parecía osada aquella afirmación, pero hoy el atrevimiento de los judocas es una realidad, convertida en el más importante paso en lo que hemos llamado la recuperación del sector masculino.

Pero felizmente, al margen de equipo femenino o masculino, es el judo el que continúa siendo uno de los más sólidos puntales del desarrollo deportivo cubano.

Medallistas cubanos en República Dominicana: Consuelo Rodríguez (45), Amarilis Savón (48), Legna Verdecia (52), Driulis González (57), Kenia Rodríguez (63), Sibelis Veranes (70-Oro), Diadenis Luna (78) y Daima Beltrán (más de 78). Masculino: Leonides Mena (56-Oro), Yordanis Arencibia (60-Plata), Manolo Poulot (66-Oro), Gabriel Arteaga (81-Oro), Yosvani Despaigne (90-Bronce), Geovanne Kessel (100-Bronce) y Vladimir Sánchez (más de 100-Oro).

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