Ojos, mente y corazón descubren
a médicos cubanos

FELIX LOPEZ

ESTA es de esas entrevistas que el periodista no sabe a cuál espacio del diario destinar: se trata de un artista, pero prefiere que lo traten como a un testigo más de los desmanes sociales de este mundo; es brasileño y vive en París, pero el tema principal de nuestro diálogo está relacionado con Cuba; atesora una importante colección de fotos de fútbol, pero ha presentido que su mejor libro recorrerá el mundo con imágenes de médicos cubanos...


El Doctor Israel no tiene hora para trabajar si de un niño se trata.

Como datos adicionales para el editor, agrego que Américo Yung Mariano ha viajado a La Habana para participar del concurso fotográfico que auspicia el Encuentro Internacional de Corresponsales de Guerra que comenzará en esta capital el próximo 24 de noviembre. Allí estará expuesto su revelador testimonio sobre las huellas de la guerra en Somalia, escenario al que llegó con la organización humanitaria Médicos del Mundo, captando tristísimas imágenes para un libro por los derechos de los niños.

Américo: "Médicos cubanos en la Amazonia. Yo no podía creerlo."

Pero Américo habla poco de aquella experiencia. Su cámara lo ha dicho todo. Prefiere hacer la historia de medio centenar de fotografías que bien merecen una exposición itinerante por el mundo:

"Brasil es un país de mitos y creencias. Casi todos hacen promesas por el fútbol. Antes del Mundial de Francia viajé a la Amazonia (estado de Roraima) en busca de esas fotos. Y encontré más de lo que buscaba. Además de indios pateando balones, de ofrendas a sus ídolos, había en aquella remota y olvidada región del mundo una brigada médica cubana. Yo no podía creerlo...

"Durante días observé sus movimientos tras el visor. La gente los quiere y ellos aparecen a cualquier hora en el lugar que se les necesite. A veces caminando hasta 15 kilómetros. Con los doctores Israel, Carlos y Guillermo supe de otras misiones médicas por Africa y Santo Domingo, adonde acudieron después de un devastador huracán. Me fui a Francia atrapado por aquel gesto de nobleza. A los tres meses estaba de regreso, y dispuesto a seguirlos por todo el planeta. Así comenzó el proyecto del libro de mis sueños."

El Doctor Guillermo visita a la población de Rio Branco.

-¿Y de dónde le nace a Américo tanto apego por los procesos sociales y la gente humilde?

"Nací en una familia pobre. El capitalismo te obliga a vencer una barrera que es desgarradora. Mi única arma para ayudar a esa gente ha sido la de mostrar su realidad. Desde 1989, fecha en que terminé estudios de Sociología, comencé a hacer fotos. Las primeras en la cárcel de Carandiru, con ocho mil prisioneros en el centro de Sao Paulo viviendo en condiciones infrahumanas.

"Los niños de la calle, la pobreza y toda manifestación de marginalidad me llevaron a recorrer el país donde nací. Después me fui a Africa y a Europa del Este como corresponsal del semanario Isto E': en Rumania, Polonia y la antigua URSS ya podía retratarse un escenario desesperanzador para sus sociedades."


En un suburbio de Boa Vista el Doctor Carlos atiende a un paciente en su "barraco".

-¿Alguna máxima especial para no fracasar en tu empeño de defender a los desposeídos con sus propias imágenes?

"Henri Cartier-Bresson, un importante fotógrafo francés que ha dicho que la fotografía es una línea directa entre los ojos, la mente y el corazón. Yo sigo ese consejo."

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