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 En Buenos Aires
Yoko Ono, viuda y... pintora

Toni Piñera
Enviado especial de Granma
BUENOS AIRES.-Esta ciudad del Sur, más allá de lo que pudiera
pensarse de "alejada" del mundo, es un lugar de encuentros. Yoko Ono, viuda del
exbeatle John Lennon, vestida de pintora -condición que ostenta desde hace más de 30
años-, incluso reconocida como una de las artistas que más influyó en el conceptualismo
de los años 60, pasó por aquí para presentar dos muestras que inauguró en sendas
instituciones bonaerenses.
En rueda de prensa, la artista de 65 años, no pudo pasar por alto
su condición de viuda de Lennon, ni tampoco de japonesa, porque fiel a esa tradición
cultural, Yoko respondió gran parte de las disímiles preguntas de decenas y decenas de
periodistas que atestaron el Centro Cultural La Recoleta, de la mano de metáforas muy
cercanas al Tao o respuestas en espejo, como cuando indagaron por qué se mantenía
viviendo en el edificio Dakota (Nueva York), en cuya entrada el exbeatle fue asesinado en
el 80... "¿Acaso se mudarían ustedes de su casa cada vez que fallece alguien de la
familia? John y yo éramos muy bohemios, y un día decidimos que haríamos del Dakota
nuestra casa... la única que ambos conocimos".
Cuando preguntaron acerca de las muestras bonaerenses "En
trance" (Centro Cultural La Recoleta) una instalación que abarca las tres últimas
décadas de su obra plástica, y "Ex It" (Museo de Arte Moderno), Yoko Ono no
quiso comentar su obra "porque el arte no debe explicarse, se explica por sí
mismo", dijo y acotó: "Hay que verlo, sentirlo...". Y confesó que más
que artista "prefiero pensarme como una poeta para quien, por alguna razón, la
música y el arte son las cosas que continúo haciendo".
Anunció que próximamente editará una antología sobre John
Lennon, "la obra solista de quien fuera mi amante, esposo y mi compañero de
vida".
Tampoco faltó quien regresara al trillado lema de su gran parte de
"culpa" por la separación de Los Beatles. Enigmática, con sus inseparables
gafas oscuras -más actuales- sonrió y contestó por cortesía. Entonces tomó prestadas
palabras del Lama de gorro amarillo que adentraba a "Kim de la India" en los
secretos de Confucio: "Las acciones que uno emprende, se inscriben en la rueda de la
vida, pero aquellas que no hace, también se suman en la rueda de la vida, porque así es
el Tao". |