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Rendición de cuenta
Reafirman su espacio
de participación popularCerca de cuatro millones de electores se han reunido ya en el país para conocer las gestiones de sus delegados en la comunidad
María Julia Mayoral
Alrededor de 3 885 000 electores -un 85,82 por ciento de los convocados hasta la fecha- han dado fe con su presencia e intervenciones, que el proceso de rendición de cuenta constituye un importante espacio de participación ciudadana, donde obtienen información detallada de la gestión del delegado, expresan con entera franqueza inquietudes y dificultades y se estimula la capacidad colectiva para solucionar o atenuar las dificultades.
Unas 40 500 reuniones y más de 94 000 planteamientos, constituyen el saldo de lo ocurrido hasta el momento, cuando aún falta por celebrarse alrededor del 38 por ciento de las asambleas, caracterizadas por congregar a grupos relativamente pequeños de electores con el propósito de facilitar la conversación, cuyo contenido no debe circunscribirse a los problemas y reclamos locales.
Resulta útil también incorporar a los análisis una perspectiva más amplia -municipal, provincial, nacional-, tal como está sucediendo, por ejemplo, en relación con el combustible doméstico, el ahorro de energía eléctrica y la situación con los medicamentos, lo cual contribuye a realizar consideraciones más objetivas.
Para los delegados provinciales y diputados, -alrededor del 50 por ciento de ellos son también delegados de base- el proceso en marcha ofrece otra oportunidad para reforzar los vínculos con la población; aportar sus ideas y conocimientos y a la vez ganar experiencias en la difícil tarea de compartir trabajo-estudio-atención a la familia con la honrosa misión de representar al pueblo en el máximo órgano del poder estatal en el país.
De nuevo se confirma que la responsabilidad de los delegados no radica solo en trasladar quejas o problemas de la ciudadanía, sino, "principalmente la de estudiar sus soluciones, la de resolverlas o proponer cómo resolverlas", tal como señalara hace más de dos décadas, el General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, cuando las estructuras institucionales del poder del pueblo eran apenas un experimento en tierra yumurina.
La rendición de cuenta trasciende el contexto de lo legal -la legislación recoge la obligatoriedad y periodicidad mínima del acto-, así como su repercusión práctica a nivel comunitario para dar muestras de la coherencia del sistema político cubano que "pone énfasis en la incorporación auténtica del conjunto de la sociedad a la toma de decisiones", según se reiteró en el V Congreso del Partido.