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¡Cuánto me alegro no
haber firmado profesional!El ex púgil José Luis Vellón, hoy directivo del boxeo boricua, prefirió hace 20 años formarse como Licenciado en Cuba
Miguel Hernández
Uno de los buenos boxeadores de aquella generación temible de púgiles puertorriqueños de los años 70, José Luis Vellón, estuvo el último fin de semana en Cuba recién electo presidente de la federación boricua.
Mundial del 74: Vellón derrota al norteamericano James Kenty y asegura la medalla de bronce.
Vellón, quien se diera a conocer con su medalla de bronce en el Primer Campeonato Mundial de Boxeo Aficionado de La Habana en 1974 -distinción a la que sumó cuatro preseas de oro en torneos regionales- se formó como Licenciado en Cultura Física en el Instituto Superior Manuel Fajardo de nuestra capital y vivió 10 años en Camagüey, donde forjó su familia.
Después de ser atleta, luego entrenador, es ahora el directivo del boxeo no rentado en su natal Puerto Rico, donde espera concretar su sueño: "quiero que este deporte tenga un fin social al margen de resultados deportivos y medallas, y espero lograrlo en 3 años".
"El boxeo es un refugio de desertores escolares. Ilusionados con la publicidad de que de la noche a la mañana los boxeadores se hacen millonarios, miles de jóvenes procedentes de familias de bajos recursos dejan el aula por el ring, y cuando no llegan, no solo se quedan a mitad del camino sino también sin opciones porque la gran mayoría de las carreras universitarias hay que pagarlas", comentó.
"Desde la Federación trataremos de hacer algo para evitar la deserción escolar. Inculcaremos la necesidad del estudio, buscaremos fondos económicos para crear algunas becas. Motivarlos a que aseguren algún oficio, al menos, para que cuando dejen el boxeo sepan de qué van a vivir.
"Es triste lo que estamos viviendo ahora mismo en Puerto Rico con nuestros mejores campeones mundiales de la historia: Wilfredo Gómez (el fenómeno del Mundial cubano), con varios problemas con la justicia por cuestión de drogas; recientemente aceptó un tratamiento de desintoxicación para no caer preso. Wilfredo Benítez, sin un centavo, en un estado de salud deplorable por los propios golpes en el ring. Es que el mundo del boxeo profesional es primero que todo una maquinaria de hacer dinero a costa de cualquier cosa.
"Yo era de aquella generación de Gómez, Benítez, y otros. Pero no quise firmar profesional. Preferí, después de aquel Mundial del 74, quedarme en Cuba y estudiar. Por eso fui criticado por mucha gente allá. ¡Cuánto me alegro de aquella decisión! Ahora tengo un respeto en las autoridades y de mi pueblo cuando me comparan con los otros boxeadores. Ellos están mal y yo soy el único con un status correcto ante la sociedad".