| CULTURALES |
Los Van Van despiertan
las noches bonaerenses
Toni Piñera
Enviado especial de Granma
BUENOS AIRES.-Abril que en el país austral es sinónimo de otoño y no de primavera, ha recibido la cultura cubana por sus cuatro costados. Primero, el BNC con una función para recordar en el teatro Colón, los hermosos instantes vividos por la literatura nuestra en la 24. Feria Internacional del Libro, con su momento cumbre en el día de Cuba, y ahora con Juan Formell y Los Van Van quienes despiertan las noches bonaerenses con su música singular.
La primera función -de una serie de ocho que ofrecerán en La Trastienda- bastó para desatar, no sólo los ánimos del público que bailó hasta el delirio con sus ritmos, sino de los más importantes rotativos de Argentina. Página 12 dijo en su titular: Van Van en La Trastienda: bailan hasta las sillas y con letras mayores los calificó como Los Rolling Stones de la salsa. Por el texto se podían leer frases como estas: ..."Todo lo visto hasta ahora en Buenos Aires en materia de salsa -o timba, como se empeñan en corregir los cubanos- será Antes de los Van Van (AVV). Y todo lo que se pueda ver de aquí en adelante será Después de los Van Van (DVV)".
Van Van sacudió la noche, expresó La Nación en un artículo que comentaba: "De-mo-le-dor. En esta palabra queda encerrada la faena sonera del grupo cubano Van Van, que demostró lo que es llevar el ritmo en la sangre. Una verdadera máquina del son que impone a la etiqueta salsera extremos más duros y rítmicos, que dejan sin aliento..." Mientras que Clarín en su comentario Una máquina de ritmo y sabor señalaba: "El explosivo grupo salsero confirmó a su vez el propio sentido y función: hacer bailar al más rígido de los mortales y, eventualmente, al más insensible de los ladrillos que sostienen La Trastienda, el colmado reducto de San Telmo, sede de su debut local".
Lo acontecido allí no es posible abarcarlo en el papel, pero Los Van Van atraparon al público porteño en su debut en esta nación con un formato inusual donde se mezclan flautas, trombones y cuerdas con instrumentos tradicionales de la charanga, amén de sus originales arreglos. De su música, el propio Formell confesó que la raíz de su labor hay que buscarla en el son, aunque hay influencias o complementos de un rico universo sonoro, flamenco, jazz, feeling, rock... "Un carácter de síntesis de elementos culturales. Parto del son como base e introduzco en la charanga tradicional, la guitarra, el bajo eléctrico, amplifico el chelo y los violines y ofrezco un tratamiento rítmico a las cuerdas", dijo el compositor, intérprete y director.
Todo ello regala una sonoridad especial que agradó los sentidos "y desataron el frenesí y la euforia que constituyen su razón de ser. Ocupando el más mínimo espacio libre de mesas y quitándose corbatas, sacos y toda otra tela molesta, la gente se lanzó a sacudir su respectivo esqueleto...", así lo vio Clarín y lo sintieron los argentinos que tendrán por una semana más a la agrupación cubana en Buenos Aires.