Surge la fundación Michael Manley

El orgullo de haber estudiado
en Cuba

NIDIA DIAZ,
enviada especial de Granma

KINSGTON, 27 de julio.-Fue hace diez años que desandó por última vez como estudiante los añejos pabellones del Calixto García. Allí, en la Sala Yarini se hizo especialista de Medicina General Integral pero, sobre todo, interiorizó una ética no usual entre los médicos de su país, la ética de la medicina socializada, la de la entrega al paciente.

No por casualidad al doctor Lloyd Brooks lo conocen todos en Jamaica y junto al resto de los otros 60 galenos graduados en Cuba se ha convertido en una referencia necesaria cuando de alta calificación profesional y atención sin distingos, se trata.

Al viajero que llega a su Clínica no puede sosprenderle que una gran foto del Che presida el vestíbulo.

¿Qué juramento más fiel a Hipócrates que el de semejarse al ejemplo del Che Guevara, ese médico rebelde e internacionalista que dio su vida curando los males sociales ?

Al doctor Brooks se le enciende la mirada cuando asegura que los profesionales graduados en Cuba, dedican más tiempo a trabajar en los hospitales públicos y aún en sus clínicas privadas, cobran menos al pobre o no cobran.

Su propia clínica está ubicada en el centro de dos sectores diametralmente opuestos de esta ciudad. Hacia un lado viven los que pueden pagar una medicina de calidad y rigor científico y, al otro, los que sin recursos, acuden igualmente a ver al "que estudió en Cuba" para que alivie sus dolores.

Después de la muerte del ex primer ministro Michael Manley, él y sus compañeros de estudio decidieron aunar esfuerzos para proseguir la obra iniciada por aquel.

Esa es la razón por la que este 31 de julio se reunirán los 60 médicos y estomatólogos, los 22 ingenieros, los 16 economistas y agrónomos para dar vida a la Fundación Michael Manley.

El objetivo será sufragar los gastos de jóvenes jamaicanos para que cursen estudios superiores en Cuba tal y como ellos hicieron en la década de los años 70 gracias a la visión de futuro de Manley.

El doctor Brooks y sus compañeros son de los que van en el bando de los que fundan y construyen. El pueblo los distingue y reconoce. Allí donde estén, espera.

Y ese es, dice Brooks, el mejor homenaje a Fidel Castro, Michael Manley y el pueblo de Cuba.