Penélope por vocación

Un singular proyecto cultural se realiza en Paradero de Camarones

Jorge Ignacio Pérez

Una tarde, el joven escritor Camilo Venegas Yero dibujó con palabras aquel sitio de las afueras de Cienfuegos -a unos 23 kilómetros de La Perla del Sur-, donde él proyectó uno de los trabajos culturales comunitarios más sui géneris jamás vistos.

Lérida es una "penélope" que no espera más que el paso de un tren.

-Se trata -dijo entonces- de un tren estacionario en cuyos vagones funcionará una biblioteca pública, mientras un coche plancha servirá de tabloncillo para montajes de teatro infantil; pero el proyecto es más ambicioso pues alrededor del tren funcionará un consultorio médico y un parque infantil, además de que la propia estación pudiera desdoblarse en museo de piezas con valor histórico y utilitario, asociadas al mundo ferroviario.

Lo anterior es pura transcripción de la memoria.

     n

Paradero de Camarones es un poblado cuyo nombre lo trajo la vida práctica: San Fernando de Camarones, un pueblo más grande ubicado a siete kilómetros de allí, no tiene paradero. De manera que, desde que se construyó la estación, en 1914, Paradero se convirtió en un punto de tránsito donde la espera se justifica lo mismo por una mudada que por un corazón desesperado.

Pero sería imposible esconder cierta desilusión al llegar ahora: ¡no estaba el tren estacionario!.

Detrás de una de las puertas, apareció el rostro cálido de Lérida Rosario Yero Mosteiro, una mujer amante de los trenes que vive sola en una casa contigua al paradero, o sea, bajo el mismo techo. Su locuacidad -un recurso quizá desarrollado con tantos años de enrolarse con las circunstancias de los viajeros- motivó este diálogo sobre la historia de una singular estirpe:

"Mi hijo, Camilito, nació en un paradero de ferrocarril. Su abuelo, mi papá, era jefe aquí. De manera que toda nuestra familia, mis hermanos, mis cuñados, todos somos ferroviarios...".

¿Sabe usted de otras estaciones que conservan sus piezas orginales?

"Supongo que existan pocas... Yo vi los teléfonos originales de aquí, pero luego se los llevaron. Ahora volvió la carretilla. Mi papá vino en 1970 después de un periplo por la zona. En esa época la estación estaba abandonada y él hizo algo para que la restauraran. La oficina era bellísima...".

¿Cómo se puede vivir en una casa contigua a una estación de trenes?

"Eso es lo más hermoso que puedas tener en la vida... Dormirse con el sonido del tren es como hacerlo al son de la voz de Benny Moré. De la misma manera que despertar sin sentir el silbato de un tren es muy triste. Eso lo llevamos en la sangre."

¿Qué locomotora le gusta más?

"De las que pasan por aquí, la canadiense. Y no es que sea tan linda, sino lo digo por el silbato que tiene. Hace muchos años que no veo una locomotora de vapor por aquí...".

¿Le entusiasma el proyecto cultural sobre rieles que van a instalar?

"¡Imagínate...! Aquí en Paradero el único entretenimiento que existe es el cine. Esos vagones están ahora en Cruces para prepararlos allí. No sé cuándo los traerán. También estamos esperando los planos que debe entregar Urbanismo.

"Pero hay algo que me preocupa más y es que han quitado al jefe de estación, que mucha falta hace: si llueve, por ejemplo, los viajeros se mojan porque la estación está cerrada. Ahora sólo brindamos servicio de boletines. También esto incide grandemente en la recogida de paquetes y mudanzas que vienen por expreso".

¿Ha tenido usted alguna responsabilidad oficial en este paradero?

"En el año 90 fui jefa de estación, pero por poco tiempo, lo que no quiere decir que este sitio no sea mi propia vida. El ferroviario, sea jefe de estación, conductor de trenes, auxiliar de conductor, chuchero, tiene que amar su trabajo...Es una pena que hoy día se haya perdido en algunas familias esta hermosa tradición".

 
 
| Home | Internacionales | Nacionales | Deportes | Cultura |E-mail |