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20 años después
El IPVCE Federico Engels
sigue suscitando confianza,
esperanza, optimismo
Ronal Suárez
"Todo lo que hemos visto hoy aquí suscita confianza, suscita esperanza, suscita optimismo", expresaba el Comandante en Jefe Fidel Castro al dejar inaugurada, el 27 de enero de 1978, la escuela vocacional -devenida IPVCE- Federico Engels.
En el libro de visitas, tras recorrer las magníficas instalaciones, Fidel escribía: "Con enorme placer hemos inaugurado esta escuela, una de las más maravillosas obras que he visto en mi vida".
Veinte años después, lo que más impresiona al visitante asiduo, es la impecable limpieza, el orden y la disciplina, en un plantel cuya matrícula rebasa los 1 400 alumnos y cuyas áreas verdes y edificaciones abarcan varias hectáreas.
Un total de 9 850 jóvenes egresaron en este tiempo con el grado doce vencido y hoy muchos de ellos, convertidos en profesionales, desempeñan responsabilidades técnicas, administrativas y políticas en la provincia e incluso a nivel nacional.
Francisco Díaz Fuentes, un profesor de 45 años de edad, licenciado en Sicología y Pedagogía, recientemente electo diputado a la Asamblea Nacional, dirige el prestigioso centro desde hace tres años y piensa que a pesar de las dificultades propias de la actual coyuntura económica, la Federico Engels llega a este aniversario en sus mejores momentos.
"La calidad de las clases, fruto del perfeccionamiento en el sistema educacional, se evidencia en resultados como el 99,5 por ciento de promoción alcanzado en el último curso y más aún en el ingreso a la educación superior", dice.
Abundando en este último tema, expresa que el año pasado se presentaron a examen de ingreso todos los egresados, el ciento por ciento aprobó la asignatura básica masiva: matemática, y el promedio fue de 97 puntos.
"Como no en todos los territorios, la calidad de la enseñanza es igual, trabajamos con las dificultades individuales de aquellos que tuvieron problemas de preparación, hasta lograr su nivelación. Una muestra de lo que ello significa, la tuvimos al concluir el curso pasado, pues aunque se supone que los muchachos mejor preparados provienen de Pinar del Río, los mejores egresados fueron una alumna de Minas de Matahambre y uno de Bahía Honda" argumenta el director.
Francisco considera que el orden, la limpieza y el cuidado de la propiedad social que allí se aprecia, son expresiones del trabajo educativo y al respecto ejemplifica: "Esta escuela nunca se ha sometido a un mantenimiento capital, el mobiliario es el mismo que existía cuando fue inaugurada, sin embargo, con excepción de las piscinas todas las instalaciones funcionan".
¿Qué hubiera ocurrido con esta escuela si en vez de estar en Pinar del Río, en Cuba, se encontrara en algunos de los países que ante la crisis económica han optado por la receta neoliberal?
Seguramente hoy sería cualquier cosa, menos un centro de enseñanza. Basta conocer que aún en período especial, el IPVCE ejecuta un presupuesto anual de dos millones doscientos mil pesos.
Con conciencia de ello, su claustro de profesores y demás trabajadores, su dirección y las organizaciones políticas, sindicales, juveniles, se esfuerzan por lograr la mayor eficiencia y los resultados pueden apreciarse en los indicadores antes enumerados a lo que se suman un 99,8 por ciento de retención.
Al cumplir veinte años, el IPVCE Federico Engels sigue suscitando confianza, esperanza, optimismo.