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NACIONALES |
Santiago de Cuba
Para que la madrugada
no sea cómplice del delito
Orlando Guevara Núñez
Los delitos pueden existir solo a costa de la ausencia o debilidad de la vigilancia. Esta verdad, dicha muchas veces, está siendo confirmada en Santiago de Cuba a partir de la creación de los Destacamentos Populares de Vigilancia Revolucionaria.
Más de 600 han sido ya constituidos con una cifra superior a los 60 000 cederistas que cubren el segundo turno de guardia -el de la madrugada- horario con gran incidencia de esos hechos.
Los análisis realizados demuestran que en los lugares custodiados por ellos en la provincia, el delito ha disminuido en un 90 por ciento. Hay zonas, como el área del Consejo Popular del reparto 30 de Noviembre, en Santiago -funcionan los 19 destacamentos previstos- donde hace más de siete meses no se producen robos con fuerza, actividad frecuente antes.
El Reparto Nito Ortega, de Palma Soriano, o el municipio Mella, son otros buenos ejemplos, entre los muchos que podrían mencionarse en toda la región. La realidad demuestra que los delitos se han ido desplazando hacia los lugares donde la vigilancia no está organizada u ofrece brechas que los favorecen.
No es un secreto que en muchos sitios la vigilancia cederista descendió como consecuencia de constantes cambios en el sistema y medidas que en algunos casos la sustituyeron o debilitaron hasta hacerla inefectiva. Este es, precisamente, el vacío que están llenando estas nuevas agrupaciones, integradas por revolucionarios de avanzada que vigorizan la tarea esencial de los CDR.
La efectividad, sin embargo, no marcha con iguales resultados. Se han detectado destacamentos creados sin funcionar, baja incorporación en algunos casos e incomprensiones en otros, lo cual demanda un trabajo sistemático para seguir incrementando sus filas y mantener su efectividad sin debilitar el cumplimiento del primer turno de guardia.
El chequeo constante y el estímulo permanente constituyen ingredientes que no pueden faltar en este empeño, en el cual persuasión y exigencia deben marchar juntas. La tarea consiste en brindar a cada revolucionario la oportunidad de contribuir mejor con la protección de los bienes colectivos e individuales y la tranquilidad ciudadana.
Es importante también -la experiencia lo ha corroborado- que no sean entes aislados, sino que se integren al sistema existente en cada lugar, sea de vigilantes nocturnos, CVP, guardia obrera, serenos u otras formas, lo cual fortalecerá, sin dudas, la labor en la que la prevención es la piedra angular.
Los Destacamentos Populares de Vigilancia Revolucionaria en Santiago de Cuba andan todavía por algo más del 50 por ciento de los que deben constituirse. La meta, sin embargo, no debe estar en el número, sino en lograr que nazcan con buena salud y en condiciones de defender la Revolución no solo frente a los delitos, sino también contra las actividades enemigas que podrán cambiar de forma, pero seguirán apuntando al corazón de nuestro pueblo, aunque eternamente su destino sea el fracaso.