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CULTURALES |
¿Un resurgir del género lírico?
El maestro Manuel Duchesne Cuzán habla de metas a corto plazo y de resultados concretos, sin olvidar las dificultades que se enfrentan aún
TONI PIÑERA
El maestro Manuel Duchesne Cuzán, al frente del Centro Pro Arte Lírico de La Habana desde hace más de tres años, lleva a cabo una cruzada para desarrollar el nivel de esta manifestación artística.
¿Qué se ha logrado en estos últimos tiempos? ¿Piedras aún en el camino? Las interrogantes motivaron el diálogo con Duchesne Cuzán, quien al hablar de las urgencias de la lírica cubana y sus metas a corto plazo, comenta que han mantenido la línea de trabajo trazada desde el inicio: conquistar al público que se había perdido, a partir de la calidad de las puestas en su conjunto.
"En el Festival de 1996 -dice- tuvimos la función de menos público en nuestra historia: 70 asistentes. Eso fue en el caso de la zarzuela, y la ópera, aunque tenía un poco más, estaba por debajo de los parámetros exigidos. Haciendo el análisis del año 1997 y las distintas temporadas, por primera vez logramos como Centro llenar, en más de 80 por ciento, la capacidad del teatro y en la zarzuela más del 60."
Esa recuperación del público es un aspecto positivo en base a la calidad de las obras presentadas, tanto escenográficamente como el resultado general. "Aquí se habla, internamente, de antes y después de La Boheme, una coproducción que ha dado mucho de que hablar. Después de esto nos planteamos la Cecilia Valdés, no como repetición de un título, sino a partir de un estudio del libreto, puestas en escena, además de que se recuperó la música de Roig".
Con La Boheme se puso en práctica algo en lo que el maestro Duchesne Cuzán ha insistido siempre: utilizar los cantantes con un nivel artístico probado, más allá de los géneros (zarzuela u ópera). "Lo materializamos con Cecilia donde todas las funciones tuvieron una respuesta de público, así como en las siguientes puestas".
Hay que sumar además el rescate de un espíritu de trabajo. En la Cecilia pidieron el apoyo de Raúl Eguren para que los solistas trabajaran la dicción, desde el punto de vista del texto. Mientras que para la próxima producción de Carmen -se estrena en julio- cuentan con la ayuda de la Alianza Francesa. "Para que cuando lleguen los ensayos dentro de un mes, nuestros cantantes hayan estudiado y corregido el texto y la fonética, rescatando algo que existe en todo teatro de ópera: especialistas en idiomas".
Duchesne Cuzán se refiere al taller de formación de nuevos cantantes, en el que ya se hicieron las pruebas, dando un excelente resultado, porque han encontrado jóvenes con voces realmente de calidad y una formación musical que redundará, sin dudas, en los próximos años para poder enfrentar un repertorio más amplio, algo que hasta ahora ha sido una de las mayores dificultades. Aunque señala que existen realmente problemas objetivos (no existe el local) para el inicio del Taller en septiembre.
Otro aspecto en el que se debe trabajar es retomar algo que históricamente en Cuba se ha realizado y en el mundo también: la incorporación de artistas plásticos y de directores para futuras puestas en escena. No se trata de suplir a nadie -recalca Duchesne-, sino sumar talentos que enriquezcan y brinden un nuevo hálito al trabajo.
Desde el punto de vista artístico refiere la necesidad de invitar a artistas de otras compañías cubanas, como el Lírico de Holguín, y establecer convenios de intercambio, algo extensivo a otras agrupaciones extranjeras. Pero además de traer directores y cantantes invitados, "hay que pensar también en los profesores. Hay un déficit muy grande en este momento de maestros de canto con experiencia, que puedan transmitir no sólo la técnica, sino sus vivencias como artista. Porque los que tenemos, sin negar su calidad, no son suficientes. Es algo necesario, si no corremos el riesgo de un estancamiento".