NACIONALES

Accidentesdel tránsito

No van lejos los de
alante, si los de
atrás van despacio...


ROGER RICARDO LUIS

LA CIFRA es dramática y elocuente: 1 319 muertos el pasado año por accidentes del tránsito en el país.

Las estadísticas indican que hay una reducción de 105 fallecidos con relación a 1996.

Los lesionados en los doce meses del 97 fueron 8 907, cifra que con relación a igual etapa precedente disminuye en 422 casos.

Tan lamentables indicadores son consecuencia de 7 904 accidentes que se registraron en el país hasta el 31 de diciembre pasado. Ciudad de La Habana, Holguín y Matanzas fueron las provincias más perjudicadas, y los ministerios de la Construcción, Agricultura, Transporte y del Azúcar los de mayor incidencia.

Pero, ¿puede acaso la sociedad conformarse con esa realidad cuyos detonadores principales están en la indisciplina en la vía y la negligencia?

Pongamos un ejemplo. Durante el pasado año, la ingestión de bebidas alcohólicas estuvo en uno de cada tres accidentes del tránsito.

Si vamos al resto de las principales causas de colisiones en nuestras calles y carreteras veremos la presencia notoria del exceso de velocidad y no atender el control del vehículo.

A ello se agrega la temeridad o "guapería" de los peatones, un indicador sumamente peligroso. La lógica elemental indica que quien comete el error no queda para contarlo o pasa muchos meses para hacerlo.

En el segundo escalón de los vulnerables están los ciclistas. Ellos estuvieron, el pasado año, en el 37 por ciento de los hechos registrados.

Quien desee más pruebas, en Ciudad de La Habana fueron impuestas, como promedio diario, 2 500 multas por violaciones de las normas del tránsito el pasado año.

Las indisciplinas también se extienden a las de carácter registral de los vehículos donde se han develado adulteraciones y ventas ilícitas. En la capital fueron ocupados el pasado año por problemas de esa índole 1 105 medios de transporte, de ellos 79 fueron decomisados.

La proliferación indiscriminada de corte y cierre de vías es un elemento que contribuye a fomentar la inobservancia de la disciplina y el orden.

Así, por ejemplo, y atribuidos a trabajos de mantenimiento en la red soterrada de Ciudad de La Habana por instituciones como el acueducto, comunales, el gas manufacturado, la telefonía y la electricidad, hasta enero estaban pendientes por tapar 3 628 cortes o huecos en calles y avenidas capitalinas (más de 800 en Guanabacoa). Y termina marzo y el paso por resolver el asunto parece ser lento.

La respuesta operativa en todas las vertientes de la seguridad del tránsito es intensa y permanente.

En una reciente reunión nacional celebrada en Villa Clara, provincia más destacada del país el pasado año en este sector, se puso en evidencia que se trabaja fuerte en los aspectos más vulnerables de cada territorio.

Tal es el caso de las provincias orientales montañosas, donde la transportación masiva de pasajeros tiende a ser inevitable y compleja por el momento. Con vistas a evitar accidentes que suelen ser verdaderas catástrofes, se están aplicando rigurosas inspecciones técnicas quincenales a los vehículos encargados de esa labor.

Se han señalizado nacionalmente más de 1 962 kilómetros de carreteras y vías y fueron colocadas o recibieron mantenimiento más de 22 606 señales verticales. Otro esfuerzo importante se hace en la red semafórica, principalmente en la capital. Y toda esta labor lleva un importante componente de moneda dura para la adquisición de los materiales requeridos para esa labor.

Está prevista la puesta en servicio de un nuevo parque de medios para el patrullaje; también la aplicación de notificaciones en moneda dura a los extranjeros que circulen por nuestras vías y no observen el cumplimiento de las normas del tránsito. Aquí vale el principio de que el desconocimiento de la Ley, no exime de su cumplimiento.

La prevención se expresa en más de 39 000 conferencias impartidas por especialistas de tránsito en escuelas, centros de trabajo y en la comunidad. Ello se extiende a más de 800 convenios bilaterales de trabajo con instituciones con un peso importante en el desplazamiento de sus medios de transporte en la vía, e incluye cursos de capacitación entre otras formas de colaboración.

No se puede perder de vista que orden, respeto y cortesía son principios claves de la educación vial, la cual es, a su vez, un componente indispensable de la disciplina social.

En tal sentido, el coronel Abel de los Cuetos, jefe de la división de Tránsito de la PNR, indica que este año habrá un solo operativo, pero permanente y firme, con el objetivo de prevenir y evitar accidentes.


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