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INTERNACIONALES |
Otra matanza en una escuela norteamericana
Fuera del arco de metal
Orlando Oramas León
En la edición del sábado pasado Granma publicaba una información cablegráfica bajo el título Preocupa violencia en escuelas norteamericanas y el cable trajo ahora otra desgarradora noticia que corroboró con sangre la primera.
Dos menores, de 11 y 13 años, armados de fusiles de alto calibre y pistolas, dispararon escogiendo sus blancos entre alumnas y profesoras de un colegio en la localidad de Jonesboro, Arkansas.
Cuatro muertos y 10 heridos fue el trágico saldo de la matanza, y que se suma a las estadísticas ofrecidas por la información del sábado sobre los índices de criminalidad en las escuelas norteamericanas.
Mitchell Johnson, de 13 años, recurrió a su primo Andrew de 11, pero con más experiencia en el uso de armas, para saciar sus celos hacia Candice Porter, de 12 años, quien rehusaba volver a salir con él.
No les hizo falta una imaginación macabra para diseñar el crimen. La televisión les trajo el argumento. Al estilo de una de tantas películas vistas los menores se vistieron de camuflaje y armaron hasta los dientes. Antes habían robado una camioneta que apostaron cerca y donde la policía, después de los hechos, encontró más armas de fuego.
Andrew hizo activar la alarma contra incendios y se reunió con Mitchell tras unos árboles, desde donde comenzaron la cacería. Querían vengarse de las muchachas y con toda calma apuntaron y dispararon contra ellas en la entrada de la escuela.
Una profesora escudó con su cuerpo a Candice, quien resultó herida pero ya está fuera de peligro. Su maestra murió al instante. Mitchell Johnson pasaba un curso de rehabilitación contra las drogas, otro ingrediente para la violencia.
La nueva tragedia hizo recordar otras tantas. En octubre pasado un joven de 16 años mató a su madre y luego disparó contra sus compañeros de aula en una escuela de Mississipi. Dos alumnas perecieron y nueve estudiantes resultaron heridos.
En diciembre otro estudiante, de 14 años, abrió fuego contra sus propios condiscípulos, con saldo de tres muertos y cinco heridos.
La información del sábado indicaba que los presupuestos escolares habían aumentado debido a la instalación de arcos detectores de metales en sus entradas, pero ello, y la experiencia lo demuestra, no es solución a tan grave problema.
El drama en Jonesboro pudiera ser descrito por quien no quiere ver como un episodio aislado. Pero la drogadicción, la exaltación de la violencia y el individualismo, la proliferación de armas de fuego cual mercancía más son, entre otras, causas de la criminalidad y síntomas que hablan del estado de salud de aquella sociedad.
Si no que lo diga el despacho que llegó a última hora, cuando ya había terminado estas líneas:
WASHINGTON, 25 de marzo (DPA).-Sólo a un día del sangriento atentado perpetrado por dos niños en una escuela de Arkansas, un adolescente acabó con su vida pegándose un tiro a la vista de sus compañeros de colegio en la localidad estadounidense de Coldwater (estado de Michigan).