Momento de la rendición del cuartel de Placetas que se produjo a media mañana del 23 de diciembre de 1958.

Un eslabón en la victoria:

La Campaña de Las Villas

LUIS ROSADO EIRO
Instituto de Historia de Cuba

Desde su llegada a Loma del Obispo, Sierra del Escambray, el 15 de octubre de 1958, Che se dedicó a estudiar el plan estratégico que debía poner en práctica para dar cabal cumplimiento a la misión que lo llevó a aquel territorio. Así, previó todos los movimientos tácticos a ejecutar para la realización de las acciones militares, el establecimiento de la cooperación con las demás fuerzas revolucionarias y la incorporación del pueblo a la lucha.

En principio se planteó la necesidad de lograr un mando unificado sobre todas las fuerzas que operaban en la provincia, factor imprescindible para el éxito político y militar de la campaña. Para ello se reunió con los jefes de las principales organizaciones armadas en la región y con la dirección del Movimiento 26 de Julio en el llano.

El inicio y desarrollo de la Campaña de Las Villas, solo fue posible después de que el Comandante Guevara pudo disponer de un sólido territorio donde operaban sus fuerzas, y luego que obtuvo la necesaria unidad y coordinación con las fuerzas que operaban en esta región, la cual felizmente se obtuvo el primero de diciembre con la firma del Pacto del Pedrero, entre el Directorio Revolucionario y el 26 de Julio, documento al que más tarde se adhirió el PSP.

La permanencia de Camilo en la zona norte por órdenes expresas del Comandante en Jefe, así como la realización de innumerables acciones combativas, posibilitó que para mediados de diciembre una buena parte de esa zona constituyera territorio libre de Cuba. Camilo, junto a sus aguerridos compañeros, una vez que unificó a las distintas fuerzas que allí operaban, se convirtió en un verdadero azote, realizando innumerables emboscadas, inmovilizando al enemigo y atacando cuarteles.

Como se recordará, la Campaña de Oriente y la ofensiva final se iniciaron el 20 de noviembre con la batalla de Guisa; sin embargo en Las Villas los elementos que hemos mencionado impidieron iniciar la campaña de inmediato y más tarde se vio detenida nuevamente porque el ejército de la tiranía lanzó la "Ofensiva del Pedrero"; pero una vez que fue rechazada, y tomando en cuenta la situación nacional, estaban creadas las condiciones para el inicio de la Campaña de Las Villas. De manera que fue la solución de los problemas políticos y militares los que hicieron posible el desencadenamiento de la ofensiva rebelde en la región central.

Esos resultados no eran más que la correcta y cabal interpretación de las orientaciones que diera el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 12 de noviembre de 1958, quien en aquella oportunidad, al referirse a las fuerzas rebeldes que operaban en Las Villas señaló: "Las Columnas 2 y 8 del Ejército Rebelde, situadas en Las Villas, recabando el apoyo de las demás fuerzas revolucionarias que allí combaten, deben a su vez interceptar las carreteras y vías férreas, para impedir el cruce de tropas enemigas hacia Oriente y evitar que puedan retirarse las que permanezcan junto a la tiranía y queden combatiendo en este extremo de la Isla, donde virtualmente están siendo arrollados ya por nuestras fuerzas".

AISLAMIENTO DE SANTA CLARA

El propósito fundamental de la Campaña de Las Villas estaba dirigido, en su primera fase, a la destrucción de todos los puentes sobre la carretera y ferrocarril central, con ello se evitaba el traslado de fuerzas y medios enemigos no ya hacia las provincias orientales sino además, en el interior de la provincia central; por otra parte, se pretendía ir atacando y rindiendo a los pequeños cuarteles los cuales difícilmente podían ser reforzados, y la toma de ellos proporcionaba armas para los numerosos combatientes que se encontraban en los campamentos desprovistos de tan necesario medio para la guerra.

El avance arrollador de las fuerzas rebeldes hacia toda la mitad oriental de la región central cerraba la tenaza sobre la provincia de Oriente y permitía el desplazamiento decisivo del Ejército Rebelde sobre la capital oriental.

El panorama nacional evidenciaba una guerra total. El régimen hace aún ingentes esfuerzos por sobrevivir, pero ya en la primera decena de este mes el gobierno de los Estados Unidos le retira el apoyo y comienza el cabildeo para formar una junta militar. En los momentos en que se inició el combate de Fomento, la alta cúpula militar se reunía en Columbia con el objetivo de buscar una salida a la aguda crisis político-militar existente e incluso ya da por perdida la provincia de Oriente, e intenta consolidar sus posiciones en el centro del país.

INICIO DE LA CAMPAÑA LIBERADORA

El 15 de diciembre de 1958, fuerzas de la Columna No. 8 comenzaron a concentrarse en Nazareno y en el central Santa Isabel; desde éste último Che instó al teniente Reynaldo Pérez Valencia, jefe del cuartel de Fomento, a que depusiera las armas y se entregara; pero dicho oficial se negó iniciándose las acciones.

En la tarde del 18 de diciembre se produjo la liberación de Fomento, lo que revistió suma importancia, pues fue este el primer municipio liberado en la provincia villareña, donde nuevamente, el Ejército Rebelde demostró su capacidad comba-tiva y recibió el apoyo incondicional del pueblo.

El 19 de diciembre, el capitán Armando Acosta, con unos ciento veinte combatientes, intentó ocupar Sancti Spíritus; pero comprueban que las fuerzas del ejército y la policía estaban fuertemente atrincheradas y prestas a ofrecer resistencia.

La noche del 21 fue destruido el puente La Trinchera sobre el río Tuinicú, y al día siguiente nuevamente los rebeldes comienzan a operar sobre Sancti Spíritus, y luego de incendiar la feria de exposiciones ganaderas, y penetrar en la ciudad, el mando rebelde plantea las negociaciones para la rendición del cuartel. En esos momentos, el enemigo aprovecha para, sigilosamente, emprender la huída rumbo a Jatibonico. Horas más tarde llegó la aviación y comenzó sus acostumbrados bombardeos y ametrallamientos.

El 21 de diciembre, el ejército reconocía que ataques simultáneos se estaban desarrollando contra Guayos, Placetas y Cabaiguán, solicitando refuerzos y apoyo aéreo. Ese día fuerzas al mando de Víctor Bordón atacan y rinden Guayos donde ocuparon más de cien fusiles y numeroso parque.

Por otro lado fuerzas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, comenzaron a hostigar a Cabaiguán desde la madrugada del día 21, a las que más tarde se les unen las tropas bajo el mando del Che, quien asume el mando.

Fue en este combate, donde el Comandante Guevara, al saltar una tapia para acercarse al cuartel, se fracturó un brazo.

Caído Cabaiguán, se procede a combatir en Placetas, el 23 arrecian las acciones sobre todas las posiciones ocupadas por el enemigo, que se rinde a media mañana.

Ese día sucedieron otros hechos interesantes; primero, se supo de la salida desde La Habana de un tren blindado, con la intención de llegar al centro del país. También se conoció que con el propósito de reforzar a Santa Clara y dar por perdida a la provincia de Oriente, el Estado Mayor había ordenado la retirada de las tropas que se encontraban en Guantánamo.

El propio 23, el Che se trasladó a la zona norte de Las Villas para conocer la situación en este frente, planificar futuras acciones, así como recabar el apoyo y colaboración de las fuerzas de la Columna 2 para los ataques a Remedios y Caibarién. Ambos pueblos son liberados el 24 y 25 de diciembre.

Una vez ocupadas las pequeñas guarniciones y poblados situados en las cercanía de Yaguajay, la tiranía concentró en éste todas las fuerzas que tenían en la zona norte de la provincia. El Comandante Camilo Cienfuegos confeccionó un plan previo a este decisivo combate que duró 10 días, concluyendo el 31 de diciembre.

En apenas 15 días las columnas rebeldes, bajo el mando directo del Che, en estrecha cooperación con las que mandaba Camilo y las del Directorio Revolucionario, liberaron prácticamente la totalidad del extenso territorio que abarcaba el centro de la Isla, lo aislaron del oriente del país y ultimaban los preparativos para comenzar la Batalla de Santa Clara. Esta Campaña y la toma de la ciudad capital de la provincia, conjuntamente con las operaciones dirigidas por el Comandante en Jefe en la provincia de Oriente, iban coronando la estrategia que daría el golpe definitivo a la tiranía en el terreno militar.

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