Tan alta cifra de participantes: 260 de 11 países -en ambos
eventos-, es la respuesta al nivel alcanzado en toda la música y especialmente en un
instrumento bravo y tan competitivo como es el piano, en el que Cuba tiene una gran
tradición desde el siglo pasado, algo que francamente no se puede dejar de repetir.
La anterior valoración fue hecha ayer por el maestro Harold Gramatges, presidente de
honor del jurado (lo encabeza Jorge Luis Prats), refiriéndose al III Encuentro
Iberoamericano de Profesores y Estudiantes de Música, que tendrá lugar del 4 al 13 de
enero, y al II Concurso Iberoamericano de Piano Amadeo Roldán (9 al 13 de enero).
Las sedes serán el Teatro Nacional -sala Covarrubias- la Escuela Nacional de Música y
el Instituto Superior de Arte -Cubanacán.
La gala inaugural será el lunes 4 (9:00 p.m.), en la Covarrubias, con alumnos de la
Escuela Nacional de Música y el Coro Diminuto.
Con el objetivo de mostrar el desarrollo alcanzado por la pianística cubana y abrir un
espacio propicio para el intercambio de experiencias artísticas y pedagógicas en esta
especialidad, como parte del tercer Encuentro se ofrecerán conciertos, clases abiertas,
conferencias y talleres de las asignaturas básicas del perfil de la especialidad, a cargo
de reconocidas figuras cubanas y extranjeras.
En cuanto al II Concurso de Piano, el certamen prevé tres niveles competitivos: hasta
13 años de edad (se incluyó en esta edición), 16 y hasta 21. Entre los premios se
destacan, además del otorgado por la firma Yamaha a los primeros lugares de todas las
categorías y recitales en una sala importante de la capital, el de la Fundación
Iberoamericana a la mejor interpretación de una obra importante de Nicolás Ruiz
Espadero, el del Instituto Mus-ART de Cochabamba (Bolivia), consistente en una gira de
conciertos por ese país al 1ro. de la III Categoría, y el del Centro Nacional de
Escuelas de Arte -especial- consistente en una beca de un año en la Escuela Nacional de
Música.