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 Nunca se avanzó tanto en la unificación del
pensamiento y por el camino de la integración
Ya dije que esta reunión había sido una de las más fructíferas
que había visto en mi vida. Trato también de ser realista, de no hacerme ilusiones y,
repito, nunca se avanzó tanto en la unificación del pensamiento y por el camino de la
integración en este difícil momento. Y, además, disfrutamos la alegría del mensaje de
paz que en esta ya histórica -me atrevo a llamarla así- reunión de Oporto hemos
recibido, sobre algo tan complicado y tan difícil: una sólida y bien fundada esperanza
de paz entre Perú y Ecuador.
Está por delante la extraordinaria y estratégicamente importante
tarea de unión e integración de Suramérica.
Les confieso sinceramente que es difícil resignarse a la idea de la
integración circunscrita solo al MERCOSUR. Y digo aquí lo que pienso sinceramente y
creo, y a muchos visitantes europeos y a muchos amigos y dirigentes políticos que visitan
a Cuba, muchas veces calladamente, siempre les planteo el principio de que hay que ayudar
a América Latina a unirse, que hay que ayudar a Suramérica a unirse. No me canso de
predicar esa idea. Para tener más fuerza, hay que unir fuerzas.
Aquí se ha hablado de globalización y regionalización, pero estoy
convencido de la necesidad, en primer lugar, de nuestra unión, como se están uniendo los
europeos. Y debo consignar, incluso, que bajo ningún concepto pueden ser ni deben ser
olvidados los caribeños. Son una fuerza, tienen una influencia política importante en
las Naciones Unidas; son dirigentes muy talentosos, formados en el parlamentarismo y en el
debate desde la base, un sistema parlamentario que les ha funcionado, muy respetados en
Africa y en otras partes del mundo. Necesitamos su apoyo y su fuerza.
No pueden ser olvidados tampoco los centroamericanos, debo decirlo
con franqueza.
Conozco un poco las preocupaciones que tienen caribeños y
centroamericanos. Algunos no son muy amigos de Cuba, pero eso está olvidado y lo
olvidaremos siempre, lo pasamos por alto. No es lo importante; lo que importa son las
tareas en las que estamos comprometidos y en las que estamos envueltos. Pero defiendo y
defenderé también la situación de los centroamericanos y de los caribeños que se
sienten abandonados de la mano de Dios, porque ellos han visto que avanza el MERCOSUR,
avanza el TLC, pero han visto también que 150 empresas, que eran resultado de aquella
Iniciativa de la Cuenca del Caribe, se han marchado hacia México. Los mexicanos no tienen
culpa, son las leyes del mercado. Cien mil empleos se han perdido en el Caribe, región
que visité recientemente.
No pueden ser olvidados, y van a estar en Río, allí con nosotros,
junto a Europa, en una reunión tan estratégica y decisiva como la que se va a producir
entre la Comunidad Europea, América Latina y el Caribe, muy conscientes de la importancia
que tiene para nuestra área la integración de Europa y nuestra relación con ella. No lo
estoy diciendo aquí, lo planteamos en la OMC cuando dije: Si el euro va a ser una moneda
fuerte, sólida, si va a servir de apoyo a las economías de los países del Tercer Mundo,
bienvenido el euro. Un murmullo generalizado escuché allí en Ginebra.
Estamos conscientes de la importancia del euro y de la integración
europea.
Cuando hablamos de la paz entre Ecuador y Perú es porque soñamos
con que un día haya una mayor integración política, todos la soñamos, la necesitamos.
Y si se ha unido Europa con tan diferentes culturas y donde las naciones guerrearon entre
sí durante siglos, ¡cómo no nos habremos de unir nosotros, tan unidos en el idioma, la
cultura, la religión y la historia!
Tenemos cincuenta elementos de unión que no los ha tenido Europa, y
llevamos casi 200 años de independencia. Conflictos entre países conspiran contra
nuestra unión; por eso pensamos no solo en esos conflictos, sino deseamos que mejoren
cada vez más las relaciones entre Chile, Bolivia y Perú; deseamos que mejoren las
relaciones entre Nicaragua y Costa Rica, y que no haya conflictos por cuestiones tan
intrascendentes como la navegación por un río fronterizo; que no surjan nuevas querellas
sin saber prevenirlas a tiempo.
Fue también importante el acuerdo de incluir el párrafo
relacionado con la paz en Colombia. Importantísimo, otro logro de esta reunión.
Es lo que tengo que decir.
Nos veremos en La Habana. Como en ocasión de la visita del Papa
Juan Pablo II, Cuba será de ustedes.
Pido perdón y les doy las gracias (Aplausos). |