CULTURALES

Keith Ellis, deuda y homenaje

Entrega Abel Prieto Distinción Por la Cultura Nacional al destacado intelectual caribeño


Pedro de la Hoz

Cuando Keith Ellis habla de Cuba, se considera un deudor. Entre sus argumentos evoca desde su niñez jamaicana, con el oído puesto en las transmisiones de radio que le llevaban una música y una lengua que luego dominaría como si fueran propias, hasta los últimos años en Toronto, en cuyas aulas universitarias ha tenido la satisfacción de enriquecer el horizonte espiritual de sus alumnos con el conocimiento de la realidad social y literaria de la Isla antillana.

En realidad, Cuba le adeuda tanto cariño y devoción a este eminente profesor, ensayista y traductor jamaicano, una de las más recias personalidades intelectuales del Caribe contemporáneo y uno de los mejores traductores, investigadores y promotores de la obra de Nicolás Guillén. Ese reconocimiento se hizo patente ayer, en la sede del Instituto Cubano del Libro, cuando Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de Cultura, le impuso la Distinción Por la Cultura Nacional. Días antes, la Universidad de La Habana le había investido como Doctor Honoris Causa en Ciencias Filológicas.

Al trazar el elogio de Ellis, la profesora Luisa Campuzano subrayó la excelencia de su enfoque sobre la poética de Guillén y sus contribuciones al estudio del Modernismo y la narrativa española de este siglo.

El amigo jamaicano agradeció el gesto de un país que, en su opinión, desarrolla una política cultural que encumbra la educación, alienta la creatividad popular, cultiva la inteligencia y encarna una vanguardia que se erige en modelo para los restantes pueblos del área.


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