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 De cara a los resultados
Sin rivales en el diamente

SIGFREDO BARROS
Dos
victorias inobjetables, sin perder uno solo de los 16 partidos efectuados entre el XXXIII
Campeonato Mundial y los XVIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, han colocado
nuevamente al béisbol cubano en la cima luego del inesperado revés en la pasada Copa
Intercontinental de Barcelona.
Los números no mienten: los peloteros cubanos ganaron por la vía
del nocao 10 de los 16 encuentros, marcaron en total 184 carreras, permitieron 31, para
respectivos promedios de 11,5 anotadas y 1,94 toleradas. Una superioridad absoluta, que
incluye a países con tradición y otros que aún dan sus primeros pasos en esta
disciplina.
La afición nacional, exigente como pocas, está satisfecha con los
últimos éxitos de nuestros peloteros tras criticar duramente las consecuencias del barcelonazo.
El método de selección por rendimiento dio sus frutos no solo a la hora de batear,
lanzar o fildear, sino también en el importantísimo aspecto de la entrega constante y la
voluntad para salir airosos de situaciones difíciles, como en el choque vs Sudcorea por
el oro del Mundial.
Y ya no se puede hablar de peloteros aficionados y rentados como si
vivieran en dos mundos diferentes. Tanto en Italia como en Maracaibo hubo una amalgama y
varios equipos -léase Australia, Panamá, República Dominicana, Venezuela-, presentaron
en sus nóminas a varios jugadores con etiquetas de profesionales, como el istmeño Earl
Agnolys y el venezolano Cristóbal Colón, por solo mencionar dos.
Cabría preguntarse entonces: ¿cuál es el verdadero nivel de
nuestra selección nacional, capaz de dejar en el camino a 14 escuadras de los cinco
continentes (jugamos dos veces ante panameños y nicaragüenses) con o sin profesionales?
Solo se me ocurre una respuesta: altísimo.
Esto, por supuesto, nos llena de orgullo a todos. Pero, al mismo
tiempo, obliga a trabajar mejor. Aún existen deficiencias técnicas y tácticas que
resulta imprescindible superar si, llegado el día, nos viéramos enfrentados a los
profesionales de la más alta calificación. Porque, no nos llamemos a engaño, los
rentados vistos en el Mundial y los Centrocaribe son hombres que ya vieron pasar sus
mejores años. Un solo ejemplo bastaría: Italia derrotó a panameños y australianos.
Terminó así, por todo lo alto, la campaña internacional de la
pelota cubana en este 1998, que incluyó también el triunfo en el torneo de Haarlem,
igualmente sin derrotas. Y, luego del merecido descanso, la temporada nacional arrancará
el próximo sábado 17 de octubre, prometedora como nunca antes pues ahora todos los
jugadores saben que si rinden tendrán opciones. ¿Habrá, por tanto, un nuevo equipo Cuba
en 1999? |