Alemania

Deshojando las encuestas

ARSENIO RODRIGUEZ

El canciller federal de Alemania, Helmut Kohl, más de una vez ha dicho que pierde en las encuestas, pero gana en las elecciones.

Su optimismo es proverbial. Político capaz de aprovechar las coyunturas históricas de los últimos 16 años al frente de una coalición gobernante, supo capitalizar situaciones determinantes para el país.

Cierto que le ha tocado ser el protagonista de hechos que han influido no solo al interior de la RFA, sino también en el contexto europeo y mundial.

Al frente de la llamada locomotora económica europea, Kohl ha sido el vencedor indiscutible en anteriores elecciones, pero....

En esta ocasión la situación es diferente, aunque no obstante nadie puede afirmar rotundamente que perderá el 28 de septiembre, fecha de las elecciones generales.

Los pero son varios e importantes. Al margen del desgaste natural de más de cinco lustros, está la realidad económica y social que enmarca la próxima cita electoral.

En su contra, el alto desempleo y la imposibilidad de encontrarle solución en breve tiempo. De igual forma, el descontento de una gran parte de la población por la inestabilidad económica que, sin ser aún grave, ya obliga a la reflexión.

Mucho más ahora, que a solo un mes del momento definitorio, la crisis económica rusa gravita sobre la germana, dados los multimillonarios vínculos existentes entre las dos naciones.

Del otro lado de la barrera, y con grandes aspiraciones, la socialdemocracia amenaza, con un candidato carismático que ha sabido mover los hilos de una propaganda influyendo en los potenciales votantes a su favor, en especial, los jóvenes, las mujeres y como un gran todo, los desempleados.

Es cierto que la oposición no ofrece un programa muy diferente al que lleva adelante la actual coalición gobernante. Pero el momento le es favorable, pues no hace mucho se dieron contradicciones en el gobierno que dejaron ver grietas en su, hasta ahora, monolítico poder.

ME VOTA O NO ME VOTA

Los especialistas se preguntan en el último tramo de la carrera electoral, quién ganará finalmente la contienda. Si le hacemos caso a las encuestas, sería el socialdemócrata Ge-rhard Schroeder, quien no solo por su amplia sonrisa parece influir en los votantes.

Pero otras preguntas resultan mucho más difíciles de responder, y es cómo ganaría, y si de ser necesaria una coalición, quiénes la integrarían.

Veamos las posibles variantes que pueden materializarse a fines de septiembre, una vez conocido el resultado final.

La primera sería que todo quede igual, con más o menos apoyo, pero que los tres partidos que conforman el actual gobierno (CDU-CSU y Liberales) continúen hasta el próximo siglo su mandato.

En esta fórmula se discute si Kohl llegaría al final del mandato o si cedería dos años después a favor de su delfín, William Schauble. No obstante la categórica respuesta de Kohl de cumplir en su totalidad los próximos cuatro años, ha desatado una polémica nacional en torno al tema.

Otra posibilidad es la del triunfo de la oposición, de forma tal que le permita a los socialdemócratas una coalición con Los Verdes y pasar a los actuales gobernantes a la bancada opositora.

Finalmente y en opinión de algunos analistas, estaría la de la gran coalición, donde socialdemócratas y el CDU-CSU, tomen las riendas del poder. Tal variante no es desconocida en el país, aunque son pocas las veces que ha culminado con éxito.

¿Hasta dónde influirá en los votantes la valoración que hagan de la necesidad de un jefe de gobierno y un equipo de dirección fuertes en estos tiempos inciertos de la economía en el mundo globalizado? ¿Hasta dónde el descontento popular puede hacer inclinar el fiel de la balanza y terminar con la larga carrera política de Kohl?

En el caso que nos ocupa no todo está dicho. Cada día cuenta, cada hecho, una declaración, un gesto, cualquier cosa pudiera favorecer a uno u otro candidato. Mientras, pudiera parafrasearse aquello de "me vota o no me vota", y seguir deshojando las encuestas hasta el día de la votación.