El mundo de los No Alineados

Unidad: razón y esperanza para ser fuertes y respetados

ELSON CONCEPCION PEREZ

El Movimiento de Países No Alineados, que transita por su Cumbre número XII, nació en Belgrado, Yugoslavia, en 1961, como expresión inequívoca de los momentos en que muchos países, fundamentalmente africanos, obtenían su independencia y dejaban de ser colonias, para constituirse en estados soberanos.

Y, aunque el mundo de hoy, fundamentalmente en la última década, ha estado y está marcado por relevantes acontecimientos internacionales, como la desintegración de la URSS y la caída del campo socialista europeo, los problemas que enfrentan la mayoría de los países son los mismos, o peores, por cuanto hay más hambre, más desigualdad, más injusticia.

Precisamente ese es el marco donde el Movimiento No Alineado tiene su accionar, por representar a más de la mitad  de la población mundial, y constituir mayoría como países en los organismos y foros internacionales.

En la pasada XI Cumbre del NOAL, celebrada en Cartagena de Indias, Colombia, en 1995, el Presidente cubano, Fidel Castro, señaló con toda certeza: "Sólo nosotros y sólo unidos, podemos rechazar el injusto orden político y económico mundial que se pretende imponer a nuestros pueblos".

Esa frase, en mi opinión, resume toda la estrategia presente y futura del No Alineamiento, que como medio de concertación política debe velar por los intereses de quienes, por encima de su heterogeneidad, están unidos por problemas que no tienen diferencias geográficas o culturales, y para lo que hay que librar una lucha común si queremos solucionarlos.

No es casual que, apenas dejó de existir el socialismo europeo y vino la llamada época del fin de la Guerra Fría, algunos en Occidente y también dentro del propio NOAL, comenzaron a cuestionarse la propia razón de ser del No Alineamiento.

La X Cumbre de Jakarta, Indonesia, en 1992, fue una prueba de fuego ante los escépticos, derrotistas y, principalmente, ante las corrientes exógenas que siempre han pretendido minar la unidad que tanto necesitan, quizás hoy más que nunca, los países que integran el NOAL.

En la XI Cumbre de Cartagena de Indias, Fidel afirmó: Nuestra razón de ser puede haber sufrido cambios, pero no ha dejado de existir. Nunca antes, desde la creación de nuestro Movimiento hace 35 años, fuimos tan marginados y desconocidos en la política internacional, ni tan discriminados y relegados en la ayuda para el desarrollo y los créditos, ni fue tan injusto y desigual el nuevo orden económico internacional que se nos ha impuesto. Nunca antes habían estado tan amenazadas la soberanía y la integridad territorial de los países del Sur, ni más en peligro nuestra independencia, ni se habían fraguado injerencias tan flagrantes en nuestros asuntos internos.

Y la expresión más concreta y los ejemplos más fehacientes de estas expresiones del Presidente cubano, pudieran estar relacionados con el hecho de que, en los momentos en que sesionara la Cumbre en Cartagena de Indias (1995), el Movimiento No Alineado agrupaba a más de la mitad de la población mundial, tenía el 53 por ciento de su área marítima y el 86 por ciento del petróleo, y, sin embargo, los 113 países que integran el NOAL solo tienen acceso al 7 por ciento del Producto Interno Bruto mundial; más de 1 000 millones de sus habitantes viven en extrema pobreza, y la deuda externa contraída con los países ricos del Norte y los organismos financieros internacionales, superaba los 1 500 billones de dólares.

El Movimiento, a decir del premier de Malasia, Mohamed Mahatir, "más que ningún grupo del mundo ha sido capaz de elevar a la palestra internacional, con tanta claridad y dominio, las angustias de nuestros pueblos en su larga batalla por el desarrollo".

Precisamente ese prestigio y la conciencia de esa necesidad, son banderas que deben prevalecer levantadas, ahora en Sudáfrica, de manera que el No Alineamiento, en su "nuevo aire", continúe por la ruta trazada desde su constitución, adaptada a los nuevos tiempos, pero firme en los principios y sólido en la unión de sus integrantes.

Ese reclamo actual no es nuevo en el NOAL, que siempre se pronunció por la creación de un Nuevo Orden Económico Internacional que garantizara a los países en desarrollo la formación de economías más sólidas, la diversificación de la producción y la exportación; la ampliación de los mercados externos; la eliminación de barreras proteccionistas, y un trato preferencial en sus relaciones comerciales.

Hoy la realidad mundial está signada por la globalización neoliberal, que lo empuja hacia una crisis imprevisible de la que no escaparían ni pobres ni ricos.

Ese es el universo actual en el cual más de 113 países se dan cita en la XII Cumbre de los No Alineados, una razón y una esperanza para, con la unidad, hacernos más fuertes y respetados.