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Educación Superior
Una semilla en tierra fértil
Formar profesionales cada vez más integrales no es un proyecto, sino realidad tangible
VLADIA RUBIO
UNA SEMILLA germina a buen ritmo en las universidades cubanas. Los vacíos que un tiempo atrás fueran señalados a la formación integral del futuro profesional, ya van llenándose a partir de una estrategia diseñada por el Ministerio de Educación Superior.
Un entorno de higiene, organización y buenos hábitos es necesario para que la labor educativa fructifique.
Los primeros retoños indican que el MES ha encontrado la brújula: el Enfoque integral para desarrollar la labor educativa y político-ideológica con los estudiantes.
Su objetivo es que lo instructivo y educativo marchen a la par, dotar a los profesionales en ciernes de una cultura general lo más amplia posible, que les permita encarar el futuro.
Esta plataforma conceptual viene a concretarse en el Proyecto Educativo a nivel de cada brigada de la FEU, la cual, de conjunto con el colectivo de año y luego de un diagnóstico de las principales carencias, aprueba y/o diseña sus acciones.
La estrategia incluye también la preparación de los profesores y de los trabajadores no docentes, así como las condiciones materiales y de vida universitaria, porque son igualmente importantes para el trabajo educativo.
DE LA TEORIA A LA PRACTICA
Un recorrido por las universidades del centro del país nos permitió constatar lo avanzado y cuánto falta, luego de ver y dialogar con estudiantes, profesores y directivos.
Así, en la universidad de Ciego de Avila, los estudiantes se forman en una conciencia de ahorro y directamente en contacto con los problemas de su entorno, lo cual se traduce, en el caso de la facultad de Agronomía, en haber ahorrado en pasadas campañas de papa, más de 160 000 dólares por la no utilización de plaguicidas, sustituyéndolos por medios biológicos, a la vez que preservan el ecosistema.
Mientras, los estudiantes de contabilidad se han vinculado a las principales empresas del territorio y no solo para auditorías, sino para ayudar al sistema contable en general. Ambos ejemplos forman parte del perfeccionamiento de los planes de estudio C, que tienden a hacer aún más sólido el binomio teoría-práctica y es, por tanto, una importante contribución a la formación integral.
En la universidad espirituana también ha ganado espacio este empeño. Así, en la facultad de Topes de Collantes la cátedra de naturaleza y agroecología logró sumar a cooperativistas y campesinos a la protección del medio y fundamentalmente de especies de nuestra flora y fauna.
Pero de los tres centros de altos estudios visitados, donde más perceptible se hace el avance, es en la universidad de Camagüey, tal es el ambiente de cultura, educación y plenitud que se respira.
Si bien en los otros dos centros los claustros están imbuidos de la importancia de esta formación integral y han sido trazadas acciones, aquí esta idea ha permeado, en primer término a los estudiantes. En una reunión con la brigada de primer año de Economía, supimos que tenían en planes, dentro de su Proyecto Educativo, visitar la Casa del Economista e intercambiar con profesionales de experiencia, así como una reflexión en horario extraclase sobre los problemas de la bolsa de valores en países asiáticos.
Que los estudiantes sientan la necesidad de hacer de la informática una herramienta importante para su formación, así como ponerla en función de las necesidades de los territorios, es también andar en pos de la excelencia.
Claro, este es solo un ejemplo aislado; pero si sumamos la limpieza, disciplina y condiciones de vida, si nos remitimos a lo logrado en unidades docentes, como el Laboratorio provincial de criminalística (para Derecho) y la Estación experimental del arroz Ruta Invasora (para Agronomía y Electromecánica) la idea puede perfilarse aun más.
Si consideramos que esta es la primera universidad que ha instituido un Diplomado sobre trabajo educativo, y añadimos, además, cuánto hacen por ayudar a la introducción de innovaciones, por poner a disposición de todo el territorio la informática y también importantes modalidades de superación postgraduada, entonces va haciéndose bien tangible lo que es formar integralmente a un profesional.
RUMBO AL PARADIGMA
El Enfoque integral... y el Proyecto educativo no son una receta. Cada universidad, en dependencia de sus características, ha de adecuar las orientaciones generales, y, lo más importante, la clave del éxito estriba en que los estudiantes interioricen la necesidad de alcanzar la integralidad.
Justamente en esto último figuran actualmente las principales insuficiencias. Los claustros dominan los objetivos de la estrategia, pero, según parece, la FEU no acaba de hacerla realmente suya en todas las brigadas. Asimismo, es necesario que los colectivos de año precisen cuáles son sus más inminentes prioridades en el orden educativo y hacia allí enfoquen fuerzas.
Todo parece indicar que es apremio común a la mayoría de las carreras insistir en los hábitos de lectura y desarrollar más las habilidades de interpretación y expresión oral, así como profundizar en el conocimiento de la Historia y el pensamiento cubanos.
Es cierto que queda muchísimo por andar y el camino se hace complejo, porque los universitarios, al igual que el resto del estudiantado, están sujetos a múltiples influencias sociales, a veces contradictorias. Pero, desde ya, tenemos motivos de satisfacción: disponemos de un enfoque científico e integrador con que alcanzar el paradigma, y, lo más importante, no hay universidad en el mundo que pueda proponerse enfoques tan multifacéticos como estos y que cuenten con estudiantes y profesores tan convencidos, tan de cara al país y su futuro.