DEPORTES

Agresividad y disciplina
gustaron en Hungría

Habrá que entrenar más de conjunto, dice José Cruz. Rota barrera sicológica ante Europa. Francia también quiere a los cubanos


Alfonso Nacianceno

Agresividad y disciplina fueron las cualidades de los balonmanistas cubanos que más impresionaron a los técnicos húngaros, deseosos de tenerlos allá nuevamente este año.

El portero Vladimir Rivero, entre los destacados de la liga magyar.

El entrenador José Cruz aseguró que los doce jugadores participantes en distintos eventos en Hungría elevaron su nivel técnico-táctico, al punto de dominar 38-29 a la selección nacional de aquella nación, cuarto lugar mundial.

Rompimos algunas barreras sicológicas y probamos que somos capaces de ganarle al balonmano europeo. La agresividad, dinámica en las combinaciones, saltabilidad y poder en los tiros de larga distancia de nuestros muchachos, convencieron a los entendidos, argumentó el técnico.

Carlos Reynaldo Pérez, Ivo Luis Aldazábal, el portero Vladimir Rivero, Julio Fis, Odael Marcos, Juan González y Luis E. Yant, quienes llegaron a la Liga en noviembre, ya en abril ascendieron a regulares en sus respectivos equipos. Algunos de ellos, como Rivero (lesionado en dos oportunidades) sintieron el rigor de una fuerte temporada en un clásico que cuenta con 14 elencos de primera división, donde militan rusos, checos, yugoslavos y los anfitriones.

En ocho ocasiones el técnico Cruz reunió a los doce jóvenes para enfrentarlos como equipo Cuba a diferentes selecciones. Llaman la atención en esos resultados la victoria sobre el plantel nacional húngaro, otras dos a costa de Eslovenia y un reñido desafío contra el Fotex (40-36), titular de la temporada, en el cual juegan Carlos Reynaldo Pérez y Rolando Urio. En los ocho choques solo el Fotex logró dominar 16-15 a los antillanos, frente a siete triunfos.

Los organizadores húngaros recibirán a 10 de estos balonmanistas en la campaña 1998. El entrenador José Cruz dijo que sus alumnos encontraron buenas condiciones de hospedaje y alimentación, pero insistió en la necesidad de más tiempo para entrenar.

Como los jugadores eran desconocidos en Hungría precisaron de 2-3 meses para adaptarse a las características de los diferentes planteles y ello impidió reunirlos con mayor regularidad. Ahora, apunta Cruz, planteamos que en cada mes existan varios días para adiestrarnos en conjunto e incluso chocar contra algún rival fuera de la Liga.

Aun así, los caribeños mantuvieron un gran espíritu de colectivo. A pesar de la intensidad de las competencias y las frecuentes lesiones, velaremos por cumplir con lo establecido: elevar la calidad y entrenar juntos.

Durante esta etapa de noviembre-abril, Hungría contiende al unísono en la Copa Europea, con los tres primeros planteles de su Liga y como tercer certamen también funciona la Copa nacional.

Además de la asistencia a la liza magyar en esta temporada, Cuba estudia el interés de Francia de llevar a su campeonato a 10 figuras.


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