Amanecer de recuerdos
por el 30 de noviembre
Orlando Guevara Núñez
Abrazos entre combatientes que 42 años atrás estrenaron el uniforme
verde olivo con el rojinegro brazalete del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. El
pueblo, como aquel día, secundando a los héroes. Disparos, olor a pólvora. Lágrimas de
emoción. Pioneros con simbólicos fusiles "asaltando" a las estaciones de la
Policía Nacional y Marítima. Así amaneció Santiago ayer 30 de noviembre.
Ofrendas florales dedicadas a Pepito Tey, Otto Parellada y Tony Alomá en
nombre del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, los Consejos de Estado y de Ministros y el
pueblo de Cuba. La emotiva presencia de familiares de los caídos: Nancy Rodríguez
Badell, Josefina Alomá Rodríguez y Luz Marina Alomá, viuda, hija y hermana del joven
héroe. María Elena Parellada, hija de Otto. Los mismos combatientes del pueblo que ayer
compartieron su dolor, unidos ahora en el recuerdo y el homenaje válido de no haber
dejado la obra inconclusa.
Cinco mujeres protagonistas de aquellos días, cuando Santiago de Cuba, en
medio de los combates, abría las puertas a los revolucionarios y las cerraba al enemigo,
reciben el homenaje que pertenece a muchas en ellas representadas: Nancy García Espinosa,
Vilma Rosell Flores, Marina Malleuve Botiño, Eufemia Hernández Lahera y Zenaida Díaz
Batista.
"El sacrifico de ellos es el ejemplo a imitar por nosotros en los
nuevos combates", fue la definición de Alcides López Reyes, miembro del Comité
Central y primer secretario del Partido en el municipio de Santiago de Cuba, al hablar en
el acto efectuado a la entrada de la antigua estación de Policía, sede ahora del Museo
de la Lucha Clandestina.
Así amaneció la ciudad. Banderas cubanas y del 26 de Julio. Himnos y
cantos patrióticos. Flores en la Loma del Intendente, en la Aduana, y el Callejón del
Muro. Reapertura de la placita de Crombet o Santo Tomás, llamada también de los Héroes,
testigo de sueños y proyectos de acciones patrióticas desde nuestras guerras de
independencia hasta la última etapa de lucha por la liberación. Recuento, tributo,
compromisos renovados y banderas sostenidas. No hay grietas para las dudas: ¡Santiago
sigue siendo Santiago!