Una KTP-2M como esta debe promediar en zafra 14 000 arrobas diarias por máquina-parque. El pelotón debe trabajar y luchar por alcanzar ese objetivo sea cual fuese el plan.

Corte mecanizado cañero

No solo la falta de vasijas

Territorios que planifican disminuir el rendimiento de las combinadas proponen igual suerte con tractores y camiones de tiro

Juan Varela Pérez

Por los volúmenes de caña que debe entregar a los centrales, el corte mecanizado puede inclinar la balanza (a favor o en contra) en la zafra próxima.

La definición técnica-organizativa señala que el 71,9 por ciento de la tarea estará en poder de los operadores de un parque activo integrado por unas 3 040 combinadas.

Sería imposible alcanzar el aprovechamiento de la capacidad fabril que el país necesita, del 80 por ciento o más, si a la cosecha le falla su "brazo derecho" y el abasto de materia prima pierde armonía y confiabilidad.

La industria se prepara mejor, la compactación del proceso despeja caminos y gana adeptos y posiciones, pero ese programa no tendría suficiente calor y respaldo si el suministro de caña no se ajusta a las exigencias.

Si todo el mundo coincide en que esto es así, entonces ¿por qué no pocos territorios se planifican disminuir el rendimiento de las combinadas?

¿Tienen razón quienes argumentan que la causa principal es la limitada disponibilidad de medios para el tiro (vasijas)?

Veamos algunos antecedentes. Tomándose como base valores de los diferentes modelos de combinadas debe trabajarse por un rendimiento de 10 600 arrobas por máquina-parque. En cambio siete provincias se planifican resultados inferiores.

Las diferencias más significativas aparecen en Villa Clara (2 250 arrobas menos); Guantánamo (1 580); Camagüey (1 549); Cienfuegos (1 129) y Granma (1 028). Sancti Spíritus y Pinar del Río no llegan a las mil.

Pero dentro del corte mecanizado despierta nuevas interrogantes el caso de la KTP-2M considerada versión avanzada de la cosechadora cubana. Se le fijó para la actual etapa (zafra próxima) promedio de 14 000 arrobas. Y únicamente Pinar del Río, Las Tunas, Santiago de Cuba y Holguín se han propuesto trabajar por ese valor y hasta más. En cambio, Villa Clara plantea 9 698 arrobas por máquina-parque y Camagüey 10 001.

El razonamiento sobre las "vasijas" pierde un poco de fuerza cuando se conoce que provincias incluidas en ese grupo también se proponen en los tractores y camiones de tiro, menos arrobaje que el realmente posible. Si el elemento crítico en el trasiego de caña son esos medios y sus carencias ¿por qué condenar desde la elaboración del plan las posibilidades de estos?

El acuerdo nacional es, para los tractores (tiran el 42, 2 por ciento de la caña), de 2 850 arrobas diarias. Villa Clara, por ejemplo, propone 2 413. También Guantánamo, Sancti Spíritus y Cienfuegos, incluidas en el grupo de las combinadas, están por debajo.

Algo similar ocurre en los camiones, que transportan el 57,1 por ciento de la materia prima que se muele. Según lo demostrado pueden cargar no menos de 4 104 arrobas diarias por vehículo. Sin embargo, nueve provincias (aparecen seis de las que se fijan rendimiento inferior en las máquinas) declaran tempranamente no tener condiciones para terminar con tal acumulado. Las más bajas propuestas son de Villa Clara (3 002 arrobas) y Granma (2 999).

Si pasamos revista a las alzadoras, la historia se repite. Solo dos provincias -La Habana y Guantánamo- ratifican que pueden rebasar las 7 000 arrobas por máquina establecidas para esos equipos.

Si las cuerdas se tensan en la explotación de tractores y camiones -columna vertebral de la cosecha- y se le saca el máximo a cada uno, los resultados pudieran ser otros y suavizado el impedimento de las vasijas.

Porque el asunto no es lo que falta, si no cómo se utiliza lo que se tiene. ¿Cuántos camiones y tractores más representaría si todos trabajaran por el arrobaje que les es posible obtener?

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