CULTURALES

Festival Internacional de Guitarra de La Habana

Fisk o la paradoja


PEDRO DE LA HOZ

Quizá uno de los nombres más expectantes del 9no. Concurso y Festival Internacional de Guitarra de La Habana sea el de Elliot Fisk. Quizá sea también el que mayores polémicas haya desatado. Nacido en Norteamérica, pero con una larga estancia en Austria, donde blasona los oros de una carrera pedagógica de primera línea -sus clases magistrales en estos días han hecho justicia a su merecida fama en este campo-, Fisk cuenta con el aval del grande Andrés Segovia, quien vio en él a un discípulo superdotado.

Sin embargo, el concierto de Fisk, a noche completa en la Sala Covarrubias, desorientó a una parte del auditorio, en contraste con la otra, enfebrecida por la prestidigitación del solista. Porque, en realidad, fue eso: mero espectáculo. Fisk pasó por Cueva, Una limosna por amor de Dios y Junto a tu corazón, del paraguayo Agustín Barros Mangoré, como una ráfaga; devoró las sonatas de Doménico Scarlatti como si esas partituras barrocas fueran cocidas en un horno de comida rápida; entregó una Torre Bermeja, de Albéniz, a una velocidad increíble, y repitió la hazaña con la conocida Sevilla, del maestro español, luego de haber repasado la Habanera, de Ernesto Halffter.

Apenas un respiro y Fisk se enredó nuevamente con la guitarra supersónica: con el Preludio y la famosa Chacona, de Bach, la música afloró parcialmente; pero en las Danzas, de Granados, y los Caprichos, de Paganini, el arrebato se impuso.

Fisk es ansiedad viva: su digitación es prodigiosa, su manejo del instrumento sorprende; hace fácil lo difícil y derriba cualquier obstáculo. Pero la música, en tanto poética del sonido, intelección y emoción, brilla por su ausencia. Todo sonó demasiado parejo, sin matices, en bloque, como si el guitarrista quisiera terminar rápido o demostrar que el artificio es ley.

La increíble paradoja de Elliot Fisk expresa su tensión en el genio que verdaderamente posee y la manera tan terrible de asumir el discurso del instrumento.

PROGRAMAS FINALES

Sábado: Sala Covarrubias (5:00 p.m.): Dúo Ros-García (España) y Silvina López (Argentina). Sala Avellaneda (9:00 p.m.): Una noche flamenca con la cantaora Carmen Linares y el guitarrista Manolo Sanlúcar.

Domingo: Sala Covarrubias (5:00 p.m.): Dúo Lostaló-Vicente (España) y Dúo Amanecer: Efraín Amador, laúd y tres, y Doris Oropesa, piano (Cuba). Sala Avellaneda: (9:00 p.m.) Noche de Andalucía, espectáculo ofrecido por la Diputación de Sevilla. Diego Carrasco, guitarra y voz; Moraíto, guitarra; Manuel Soler, percusión y baile; Jesús Sola, piano; La Venta, voz; Doctor Kelly, percusión, y Rafita, palma y jaleos.


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