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Atención a los planteamientos medirá
efectividad de la rendición de cuentaConcluyó en el país ese proceso, luego de celebrarse más de 65 900 encuentros entre delegados y electores
María Julia Mayoral
La primera rendición de cuenta de los delegados municipales del Poder Popular a sus electores durante el presente mandato concluyó después de celebrarse más de 65 900 reuniones en los barrios, con un saldo de 156 318 planteamientos de la ciudadanía que requerirán atención y respuesta por parte del Gobierno y las administraciones correspondientes en cada territorio.
Aunque no todo el universo de preocupaciones de la población afloró en esos encuentros, pues en muchos casos el tratamiento a los problemas por parte del delegado evitó la reiteración en las asambleas, sí puede decirse que las dificultades con el abasto de agua, las insuficiencias en el alumbrado público, la necesidad de arreglo de calles y caminos, la falta de transporte, los déficit de algunos medicamentos y las irregularidades en su distribución, concentran buena parte de las inquietudes cotidianas de los electores, como lo confirma el análisis estadístico de los planteamientos a nivel nacional.
De no ser por la confianza de la población en la eficacia del sistema del Poder Popular, difícilmente este proceso hubiera involucrado, como lo logró, a más de 6 744 600 electores, ni se podrían relacionar miles de ejemplos sobre los compromisos de las familias para contribuir con su esfuerzo personal a la solución de disímiles cuestiones dentro de su localidad.
Haberlos convocado para recibir información pormenorizada acerca de la labor de su delegado, de la actividad de la Asamblea del Poder Popular en su municipio, de la situación de su provincia, del país y al mismo tiempo reflexionar sobre la vida en el barrio, además de constituir un importante suceso de carácter político, crea o estimula un conjunto de expectativas, de cuya atención dependerá la efectividad final de la rendición de cuenta.
Conocimiento existe entre los ciudadanos acerca de los problemas económicos y financieros del país y si bien constituiría un error identificar mecánicamente eficacia en la labor de los delegados, de las asambleas y sus consejos de la Administración, con solución a las dificultades, tampoco pueden quedar en "el aire" los reclamos expresados en la rendición de cuenta. Cada persona debe sentir que su preocupación es atendida, aunque en más de una ocasión la respuesta sea por ahora explicar la imposibilidad material para acometer el servicio solicitado.
Ese proceso de comunicación con los electores ni empieza ni termina con el acto de rendición de cuenta, pero la agenda de trabajo que se prolonga a partir de las reuniones recién finalizadas, resulta de vital relevancia para todos, pues expresa una de las vías existentes para promover la participación, el control y la fiscalización popular en los asuntos fundamentales de la vida cotidiana del país.