INTERNACIONALES

Entre gol y gol, la Cumbre Europea


ARSENIO RODRIGUEZ

Mientras que Francia constituye la atención de gran parte de los habitantes del planeta por el Mundial de Fútbol, que decidirá cual equipo se llevará la copa mundialista, en Cardiff, Reino Unido, representantes de quince naciones se aprestan a partir de hoy a otra jornada, no tan propagandizada por la prensa y menos popular.

Lo primero, lleno de emociones, atrae a multitudes que siguen de cerca los resultados de cada encuentro, que durante varias semanas llenarán páginas de los diarios y espacios estelares de las televisoras.

Algunos especialistas consideran que en el segundo caso, la Cumbre de la Unión Europa (UE) que concluirá mañana, está ausente de expectativas sobre sus resultados, ya que el encuentro no anuncia tomar acuerdos trascendentales, aunque hay quienes aún esperan algunas sorpresas.

Vayamos por partes. Si tomamos en cuenta la carta invitación del primer ministro británico, Anthony Blair, el cónclave servirá para evaluar lo hecho en torno a las reformas presupuestarias y agrícolas de la UE, así como fijar directrices y un calendario que permitan tomar las decisiones con tiempo suficiente, antes de finales de 1999.

Es decir, lo esperado es la ratificación de acuerdos ya conocidos, como los planes nacionales de empleo (asumidos recientemente) y las grandes orientaciones de política económica, así como un intercambio de puntos de vista sobre cuestiones como la llamada Agenda 2000, que incluye, obviamente, los aspectos presupuestarios.

MANZANA DE LA DISCORDIA

Aquí es precisamente donde pudieran existir turbulencias, sobre todo porque el aspecto presupuestario provoca en el seno de la UE diferencias irreconciliables entre los llamados "pobres" (España, Portugal, Grecia e Irlanda) y los "ricos", como se califica a las restantes naciones comunitarias.

Ante una posible compensación solicitada por Alemania, los que no han alcanzado el nivel medio de desarrollo de la UE justifican su negativa, según palabras de un diplomático de una de esas naciones, en que "si los ricos quieren hacer un enjuague para satisfacer a Alemania que lo hagan entre ellos, pero no a nuestra costa".

Sucede que antes de la Cumbre, el canciller federal de la RFA, Helmut Kohl, y el presidente galo, Jacques Chirac, también remitieron a sus socios una carta en torno al tema, exigiéndoles la aplicación estricta de los aportes que corresponden a cada país miembro, decisión que consideran deben asumir individualmente.

Si los "pobres" reaccionaron de inmediato en contra de la propuesta, la misma fue suscrita de inmediato por los "ricos", como Holanda, Austria y Suecia.

A esto hay que añadir la preocupación de dirigentes comunitarios, como Jacques Santer, presidente de la Comisión Europea, en cuanto a que tal posición podría esconder un lenguaje dirigido a reducir las competencias de las instituciones dirigentes de la organización.

Otros van más allá, y se preguntan hasta dónde el "conductor de la locomotora alemana" se ve presionado por una situación interna preelectoral que evidencia su posible salida del cargo, luego de 16 años al frente del gobierno.

ENTRE BAMBALINAS

Toca a Gran Bretaña, presidente de turno de la UE, convocar el encuentro, una de sus última funciones en el cargo que concluye con el final del primer semestre del año. De forma explícita, el Premier británico aspira a que la Cumbre cree un Grupo de Trabajo de alto nivel para estudiar el perfil de la futura UE de cara al año 2000.

La propuesta se contrapone a la iniciativa francesa de constituir un "Comité de Sabios" que dirigiría Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea.

Otro aspecto entre bambalinas es la reducción, por parte de Alemania, de su contribución al presupuesto, calculado en unos 11 000 millones de ecus, lo que es considerado "contestable" por el Tribunal de Cuentas de la Unión, y como algo en contra del principio de solidaridad interna.

De aprobarse esta reducción, según especialistas, ello implicaría el aumento de su contribución al resto de los países, afectando así, sobre todo, a "los pobres", ya que no es el mismo caso ocurrido en 1984, cuando el Reino Unido recibió un cheque donde se le devolvía parte de su contribución.

Seguramente también se valorará la incorporación de los diez candidatos de Europa del Este que pidieron ingresar en la UE a lo largo del próximo decenio, así como las relaciones con India y Paquistán, los acontecimientos del Medio Oriente y la situación de Kosovo.

Iniciada la Cumbre, algunos observadores calculan que internamente los jefes de Estado y Gobierno harán todo lo posible por buscar acomodo a las contradicciones internas que puedan afectar los avances de la Unión Europea, mucho más ahora cuando el euro es una realidad.


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