 La derrota de la Ofensiva de Verano
Antesala del Primero de Enero

LUIS ROSADO EIRO
Instituto de Historia de Cuba
 HACE
40 AÑOS el Ejército Rebelde, bajo la conducción de su Comandante en Jefe, escribió en
las montañas de la Sierra Maestra una de las páginas más heroicas de nuestra historia,
a la vez que creó las premisas necesarias para el inicio de la Ofensiva Final del
Ejército Rebelde.
En vísperas de la Ofensiva de Verano y en sus inicios, el
Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, en las instrucciones, circulares y órdenes a
los jefes y oficiales bajo su mando, les explicaba la importancia de las acciones que se
avecinaban, calificándola de batalla decisiva. Esta categoría no la empleaba pensando en
la posibilidad de que el bastión rebelde pudiera ser vencido, sino porque estaba
absolutamente convencido de que la victoria rebelde marcaría el principio del fin de la
odiosa tiranía.
Esta hazaña, protagonizada por apenas 300 combatientes escasamente
armados y con pocas municiones, sin apoyo aéreo, marítimo, medios blindados ni
artillería, la obtuvo frente a unos 10 000 hombres armados, provistos de medios blindados
y artillería, con un buen aseguramiento logístico, comunicaciones y el apoyo de la
marina de guerra y la aviación.
Durante 76 días, las fuerzas del Ejército Rebelde bajo la
conducción de su Comandante en Jefe, haciendo derroche de resistencia, firmeza, valor y
agresividad derrotaron la denominada Ofensiva de Verano, o como oficialmente se le
conoció: Plan FF (Fase Final o Fin de Fidel).
La derrota provocó consecuencias económicas, políticas y
militares que evidenciaron un cambio cualitativo y cuantitativo de la guerra. Es decir, no
puede reducirse la importancia de esta victoria a las armas, municiones y equipos bélicos
ocupados al enemigo, ni tampoco a las bajas y prisioneros ocasionados, las consecuencias
fueron mucho más importantes.
En primer lugar tendríamos que señalar que a partir de esta
victoria estratégica, el Ejército Rebelde le arrebata la iniciativa al enemigo y le
impone su voluntad, vale decir, la victoria rebelde constituyó la antesala del triunfo
del primero de enero.
EFECTOS EN LA ECONOMIA
A partir de agosto y como consecuencia del revés enemigo, la crisis
que en la sociedad cubana se venía desarrollando, entra en su etapa más aguda y final,
catalizada por el auge que adquirió el movimiento revolucionario, lo cual posibilitó una
mayor incorporación de las masas populares.
Pese a los crímenes, torturas y asesinatos, la tiranía fue incapaz
de impedir que las fuerzas revolucionarias agredieran su sostén económico, y luego de la
humillante derrota, a los sectores económicos, inversionistas y financieros no le cupo la
menor duda de que el régimen no podía ser capaz de garantizarles sus bienes y negocios,
por lo que se produce una disminución y paralización de las operaciones financieras e
inversionistas, a la vez que los centros de producción y servicios ven mermadas sus
actividades; unas veces porque los sabotajes y acciones de guerra impedían el traslado de
las materias primas y productos y otras porque se les dificultaba su venta.
De manera que el miedo, desconfianza e inseguridad de estos sectores
determinan que retiren su apoyo a Batista, pero no por una actitud de simpatías hacia la
revolución, pues estos mismos sectores serían los proclives a una intervención
foránea, sino porque sus intereses se ven seriamente amenazados o ya están siendo
perjudicados.
Ahora el Ejército Rebelde, además de poder seguir atacando los
objetivos económicos, está en condiciones de exigir e implantar sus leyes
revolucionarias en los territorios que controla o domina. Cada vez serán más las
colonias cañeras, centrales azucareros, puertos de embarque o zonas ganaderas,
cafetaleras, etc., las que estarán bajo la influencia de las fuerzas revolucionarias, sin
que nada ni nadie lo pueda impedir.
Es decir, que a partir de agosto, la economía comienza un deterioro
más rápido y se hace sentir en todo el país: fábricas paralizadas, inversiones
detenidas, vías de comunicaciones destruidas o controladas por el Ejército Rebelde,
hombres de negocios y firmas crediticias detienen sus actividades en espera de que cambie
la situación, todo ello es, entre otros signos, lo que caracterizaba la situación
económica.
SITUACION POLITICA
En el plano político la derrota de la Ofensiva de Verano significó
un resquebrajamiento o pérdida importante del apoyo que hasta ese momento estaban
brindando los sectores conservadores. Algunos latifundistas, comerciantes, grandes
ganaderos, dueños de centrales azucareros y otros propietarios, ante el protagonismo que
desempeñan las fuerzas revolucionarias, además de pagar los tributos e impuestos
establecidos en las zonas liberadas, comienzan a mostrar disposición de contribuir, lo
cual era también una evidente demostración de oportunismo político, pues veían cómo
se desmoronaba la tiranía y querían salvaguardar sus intereses.
La derrota de la ofensiva permitió que algunos representantes de la
oposición, ante la innegable victoria del Ejército Rebelde, se vean obligados a
reconocer y apoyar la lucha armada, como medio fundamental para derrotar la dictadura.
Otros, al descubrir la debilidad del régimen, junto a los más
reaccionarios y anexionistas, solicitan al gobierno norteamericano la intervención, a fin
de sustituir a Batista y al mismo tiempo impedir el triunfo revolucionario.
La suscripción del Pacto de Caracas por parte de sectores
oposicionistas, algunos de los cuales se habían prestado hasta entonces al juego
electorero de la dictadura, los definió a tomar partido a favor de la revolución, y en
ello mucho tuvo que ver la victoria alcanzada en la Ofensiva de Verano.
El exitoso desarrollo de esta gran operación fue un elemento clave
para el logro de la unidad revolucionaria. El fortalecimiento, coordinación y cohesión
dentro de las filas del Movimiento 26 de Julio permitió que a partir de entonces se
acelerara un proceso irreversible de unidad con otras organizaciones que combatían a la
tiranía.
En el revés de la Huelga del 9 de abril mucho tuvo que ver la no
coordinación y endeble unidad dentro de las filas revolucionarias y progresistas. Pero la
victoria estratégica mostró la importancia de la unidad en general y del movimiento
obrero en particular, cuyo resultado palpable lo constituyó, meses más tarde, la
constitución del Frente Obrero Nacional Unido.
La incorporación y apoyo de las masas populares y fuerzas
progresistas de la sociedad fue otra de las consecuencias de la victoria. Si el fracaso de
la huelga para muchos significó el escepticismo y la desmoralización, la victoria de las
fuerzas rebeldes ante la Ofensiva de Verano impregnó al pueblo de la absoluta convicción
de que era posible la victoria final. Cada parte de Radio Rebelde era seguido con interés
por el pueblo, en ellos la Comandancia General informaba con objetividad todas y cada una
de las acciones y cada batalla que se ganaba era acogida como un triunfo de las fuerzas
populares incentivando la disposición de incorporarse o apoyar a la Revolución .
El fortalecimiento y perfeccionamiento de las estructuras militares
y administrativas de los frentes de guerra, fue también una consecuencia del rechazo de
la Ofensiva de Verano. Baste con señalar que en agosto de 1958, el Comandante Raúl
Castro Ruz dictó la Orden Militar No. 40 por la cual se ratificaban y creaban nuevas
columnas y departamentos en el II Frente Frank País. Similares medidas se tomaron en los
otros frentes.
LA ESTRATEGIA DE LA VICTORIA
La repercusión que tuvo el fracaso del plan FF para las fuerzas
armadas fue unos de los factores que más contribuyó a la agudización de la crisis,
sobre todo si tomamos en cuenta que fueron las fuerzas armadas las que mantuvieron a
Batista en el poder. A partir de ese momento se aprecia un cambio cualitativo en los
institutos armados, caracterizado por el cese paulatino de las operaciones ofensivas,
restablecimiento y perfeccionamiento de los planes de defensa de las ciudades, incremento
de las conspiraciones militares y las deserciones, resquebrajamiento de la moral
combativa, entre otros.
Todos estos elementos ejercieron influencia en la inestabilidad
política del régimen, pues como señaló el Che "...el ejército de la tiranía
salió con la espina dorsal rota..."
Pero la importancia de esta derrota tiene que verse, además, por
que nunca antes la caída de la tiranía se vio tan cercana. A partir de entonces, con las
armas, municiones y demás aseguramientos, así como la experiencia de los combatientes y
oficiales, la Comandancia General del Ejército Rebelde pudo comenzar la ampliación y
fortalecimiento del teatro de operaciones militares. En apenas 20 días, inmediatamente
después de la victoria, ocho nuevas columnas pudieron formarse y partieron de la Sierra
Maestra y un mes más tarde otras 7, con las cuales quedó prácticamente invadido el
territorio nacional.
Como anunciara el Comandante en Jefe, todo el país debía estar
alerta para apoyar y cooperar con las columnas rebeldes que avanzarían hacia todos los
territorios para inmediatamente después comenzar la Ofensiva Final.
Cabe a Fidel el privilegio de haber interpretado la realidad de
aquel momento y, por tanto, el haber elaborado la estrategia final para la victoria.
El Jefe de la Revolución comprende que la situación económica y
social del país se deteriora y ello acentúa la crisis de la dictadura, sabe el
negativo panorama político del régimen y que le resulta prácticamente imposible
continuar con las maniobras electoreras.
Interpreta que la base social de apoyo a la Revolución que incluye
a los obreros, campesinos y a las capas medidas de la sociedad y parte de la burguesía
nacional se amplió y fortaleció. Constata la situación del ejército enemigo, la
posición de sectores de las fuerzas armadas que en complicidad con la embajada yanki
maniobran para constituir una Junta Militar y la actitud mayoritariamente defensiva del
ejército.
Aprecia la alta moral combativa del Ejército Rebelde, el creciente
nivel de comprensión de la causa revolucionaria no solo por los combatientes sino por
todo el pueblo y entiende que ha llegado el momento de iniciar los preparativos de la
Ofensiva Final rebelde, pues la derrota militar de la tiranía en el verano constituyó la
antesala de la Victoria. |