NACIONALES

Ginebra: evocación al Che


Susana Lee

Quiso la vida, que a veces da muchas vueltas pero al final obra la casualidad, que hace pocos días Fidel convergiera en la lejana Ginebra -a unos 9 000 kilómetros de Cuba- en el mismo escenario al que, con similares objetivos, llegara el Che 34 años atrás.

Che viajó entonces presidiendo la delegación cubana a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; Fidel lo hizo en esta oportunidad para participar en las celebraciones cincuentenarias de la Organización Mundial de la Salud y del sistema multilateral del comercio. Ambos, más que para hablar por Cuba, o además de representarla, para exponer crudamente los acuciantes problemas de la humanidad en una y otra épocas del acontecer mundial, sobre todo de aquella parte mayoritaria y subdesarrollada en que estamos insertos, y para coincidir, aun a la distancia de casi siete lustros y de episodios que modificaron radicalmente el panorama político-económico universal, en las causas que los han condicionado, ayer y hoy, y en el mensaje principal para enfrentarlos.

che_omc.jpg (14262 bytes)"Cuba afirma que debe surgir de esta Conferencia,
una definicón del comercio internacional, como
instrumento idóneo para el más rápido desarrollo
económico de los pueblos subdesarrollados; y que
esta definición debe conllevar la eliminación de todas
las discriminaciones y diferencias, aun las que emanan
del supuesto trato igualitario. El trato debe ser equitativo,
y equidad no es, en este caso, igualdad; equidad es la
desigualdad necesaria para que los pueblos explotados
alcancen un nivel de vida aceptable".
(CHE, Ginebra, 25 de marzo de 1964)

El 25 de marzo de 1964 el Comandante Ernesto Guevara preconizó:

(...) si no somos capaces de unirnos leal y decididamente para presentar el frente único de los discriminados y explotados... y si al menos, no se eliminan las barreras económicas y políticas que impiden tanto el comercio entre todas las regiones del mundo como la colaboración internacional, los países subdesarrollados seguirán confrontando situaciones económicas cada vez más difíciles y la tensión en el mundo puede aumentar peligrosamente... A impulsar la unidad del campo de los países subdesarrollados del mundo, para ofrecer un frente cohesionado, van encaminados nuestros esfuerzos.

El 19 de mayo de 1998, el Comandante en Jefe afirmó: Los países en desarrollo no podemos permitir que nos dividan. La unión es la única riqueza que poseemos, la única garantía para la defensa de nuestras legítimas aspiraciones.

fidel_omc.jpg (14831 bytes)En la misma habitacióndonde en 1964 el Che perfiló el discurso que pronunció ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Fidel quiso releer y estudiar aquella intervención y dio los toques finales a la que presentó en la ocasión del cincuentenario del sistema mundial de comercio. (Foto: José M. Miyar)

Los que ayer fuimos colonias y hoy sufrimos todavía las consecuencias del retraso, la pobreza y el subdesarrollo, somos mayoría dentro de esta organización (la OMC). Cada uno de nosotros tiene un voto. Nadie posee el derecho al veto. Debemos convertirla en un instrumento de lucha por un mundo mejor y más justo. También hay que contar con estadistas responsables que indudablemente existen en muchos países desarrollados y que son sensibles a nuestras realidades.

DIO LA CASUALIDAD QUE ESTABA EN LA HABITACION DEL CHE.

Y sí, habría que decir que obró la casualidad, o que fueran varias las coincidencias que lo hicieron posible. Que la Organización Mundial del Comercio hubiera sido creada tres años antes, aunque su sistema tuviera 47 (el Che, en su discurso en 1964, se había pronunciado por la constitución de una organización internacional de comercio, regida por el principio de igualdad y universalidad de sus miembros), y decidiera celebrar el aniversario 50 del sistema como tal; que fueran invitados un grupo de jefes de Estado y de Gobierno, Fidel entre ellos; que el hotel donde se alojara en Ginebra -entre los muchos de la ciudad- fuera el que sirvió de hospedaje al entonces Ministro de Industrias del Gobierno Revolucionario, y que su gerente aprovechara, sin duda, la coyuntura histórica y destinara al Presidente cubano la suite 1216-1217, la misma que aquel año ocupara el Che en el hotel Intercontinental...

"Dio la casualidad que estaba ahí, en la habitación que estuvo el Che", comentaría Fidel a funcionarios y trabajadores de la sede de la Organización Mundial de la Salud, el 14 de mayo, un día después de su llegada a Ginebra.

"Anoche mismo viví la extraña experiencia de ponerme a leer allí el discurso del Che el 25 de marzo de 1964, que es fundamental, dice cosas interesantísimas y algunas de aplicación actual...", agregó.

Y dos días después, durante la extensa conversación que sostuvo con más de 300 miembros de asociaciones suizas de solidaridad y amistad con Cuba, en el propio Intercontinental, el Comandante en Jefe llevó consigo, entre otros documentos, aquel discurso del Guerrillero Heroico, y compartió con el auditorio algunas reflexiones personales de la experiencia vivida:

"Me tocó el gran privilegio de estar en el mismo hotel, en la misma habitación que estuvo el Che aquellos días de marzo de 1964.

"Yo tenía este documento, lo había mandado a buscar porque lo quería leer allí, porque él vino a una conferencia de la UNTACD, y allí leí este documento... Rememoré aquellos tiempos, la situación del mundo, las circunstancias diferentes que había entonces...

"Y dijo cosas magníficas en esta reunión de la UNTACD. Fue crítico, fue constructivo, propuso fórmulas, hizo análisis de la situación que había... pero los problemas de que habló, prácticamente todos los problemas, 34 años después, son los mismos y peores, porque en aquel tiempo existía el campo socialista...

"El hablaba de las contradicciones fundamentales entre los dos mundos, entre el sistema capitalista y el sistema socialista, y hablaba de la contradicción entre países desarrollados y países subdesarrollados... Era una situación diferente, no existía el poder hegemónico unipolar de Estados Unidos.

"Todavía no había ido al Congo y ya hablaba, recordaba, las manos manchadas con la sangre de Patricio Lumumba..." (Che: Un solo momento de debilidad, de vacilación o de compromiso, puede manchar nuestras acciones a la faz de la historia futura, así como nosotros, los países miembros de las Naciones Unidas, somos en cierta manera cómplices y en cierta manera tenemos las manos manchadas con la sangre de Patricio Lumumba, primer ministro de los congoleños, asesinado miserablemente en momento en que las tropas de las Naciones Unidas presuntamente garantizaban la estabilidad de su régimen. Y hay que notar el agravante de que habían sido llamadas expresamente por el mártir Patricio Lumumba).

"Es muy interesante -añadía Fidel a sus consideraciones sobre lo planteado por el Che- lo que dice del Fondo Monetario. Les voy a leer una frase, aunque dice más: El Fondo Monetario Internacional es el cancerbero del dólar en el campo capitalista. ¿Ha cambiado ese papel?

"Y ¿qué decía del GATT? El GATT, por su parte, al establecer el trato igual y las concesiones recíprocas entre países desarrollados y subdesarrollados, contribuye al sostenimiento del status quo y sirve a los primeros, y su mecanismo no provee los medios necesarios para la eliminación del proteccionismo agrícola, las subvenciones, los aranceles y otros obstáculos que impida el incremento de las exportaciones de los países dependientes.

"Dice cosas muy interesantes", siguió contando y leyendo párrafos del discurso del Che sobre las relaciones comerciales con Estados Unidos antes de la Revolución, los acuerdos que imponían a Cuba, la realidad del establecimiento de áreas preferenciales que no eran más que formas para reforzar la dominación imperialista y la explotación...

En este entorno, confesó a sus interlocutores el interés y la emoción que despertaron en él haber leído y estudiado la intervención de su entrañable amigo y compañero de tantas batallas, días antes de asistir, precisamente, a la Conferencia de la Organización Mundial del Comercio, cuyos orígenes se remontan a una conferencia en La Habana en 1948, a iniciativa de los Estados Unidos, en la cual, como precisara el Che en 1964, "se pretendía efectuar un ordenamiento del mundo, de acuerdo con los intereses competitivos de las potencias imperialistas".

Salvando el tiempo y algunos acontecimientos, mucho en común puede apreciarse en la lectura de los discursos de Che y Fidel, que quiso la vida y la historia, con todo y sus vueltas, que se pronunciaran en Ginebra, en escenarios y ante auditorios similares, y que fueran perfilados y ultimados sus detalles en la misma habitación del mismo hotel.

Los países del Tercer Mundo han ido perdiendo todo: aranceles que protegían sus nacientes industrias y generaban ingresos; convenios de productos básicos; asociaciones de productores; indización de precios; tratamientos preferenciales; cualquier instrumento para proteger el valor de sus exportaciones y contribuir a su desarrollo. ¿Qué se nos ofrece?¿Por qué no se menciona el injusto intercambio desigual? ¿Por qué no se habla ya del peso insoportable de la deuda externa? ¿Por qué se reduce la Asistencia Oficial al Desarrollo? Si todos los países desarrollados hicieran lo de Noruega, el Tercer Mundo podría contar anualmente con 200 mil millones de dólares para su desarrollo. ¡Imítese a Noruega!

¿De qué vamos a vivir? ¿Qué bienes y servicios vamos a exportar? ¿Qué producciones industriales nos van a preservar? ¿Solo aquellas de baja tecnología y elevado consumo de trabajo humano y las altamente contaminantes? ¿Se pretende acaso convertir a gran parte del Tercer Mundo en una inmensa zona franca llena de maquiladoras que ni siquiera pagan impuestos? (FIDEL, Ginebra, 19 de mayo de 1998) .


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