 Pasos a nivel
Un azote en las vías férreas
De todas las causas de accidentes ferroviarios, los choques en
las intersecciones computan el 50 por ciento

Emilio del Barrio Menéndez
Por la vía central del ferrocarril circulan equipos que en un
segundo avanzan 31 metros y en cualquier momento su recorrido puede coincidir con cada uno
de los 162 pasos a nivel existentes en los 835 kilómetros del camino de hierro más
importante del país.
En las vías del país existen 4 500 pasos a nivel -2 125 del ferrocarril
público y el resto de las líneas del MINAZ- y no todos garantizan, técnicamente, la
seguridad del cruce.
Por eso, mucha atención, mucho cuidado cuando sobre una bicicleta,
un auto u otro vehículo tenga que atravesar una de esas intersecciones en carreteras,
caminos y calles dentro de poblados.
De acuerdo con datos suministrados por la Dirección de Seguridad e
Inspección Estatal del MITRANS y la Unión de Ferrocarriles de Cuba, entre todas las
causas de accidentes en las vías férreas, el 50 por ciento ocurre en los pasos a nivel.
Constituyen un verdadero azote.
De enero a julio de este año se produjeron 57 accidentes.
Consecuencias: 3 personas muertas, 35 heridas, cuantiosos daños y pérdidas materiales y
perjuicios graves al funcionamiento del sistema ferroviario. Los 74 desastres de 1997 en
esos lugares, reportaron 58 muertos y 73 heridos.
Cada vez que se hurga en cada uno de estos siniestros, la causa
principal se localiza en la irresponsabilidad de los conductores de vehículos
automotores, quienes violan lo establecido por el Código de Vialidad y Tránsito: no
respetan las señales de Pare o Ceda el Paso, de acuerdo con las características del
cruce en cuestión de mayor o menor visibilidad.
Sin lugar a duda la irresponsabilidad es la causa fundamental; sin
embargo, inspecciones en los pasos a nivel han demostrado irregularidades en las
señalizaciones de aviso, en la superficie de rodamiento en esas intersecciones y en la
visibilidad real, las cuales pueden incidir en la ocurrencia de choques.
Existen, por ejemplo, cruces con visibilidad prácticamente nula y
sin los dispositivos adecuados para alertar sobre la proximidad de un tren antes de que
pueda ser visto por el conductor del vehículo.
La superficie de rodamiento, por su parte, en la zona del paso,
presenta en muchísimos lugares irregularidades que restan fluidez a los ve-hículos y
provocan que estos se detengan antes de dejar la vía expedita. Esto último ha influido
en muchos choques.
En este sentido, recordar el 20 de octubre de 1997, en las
inmediaciones del patio de Siguaney, cuando un coche motor alcanzó a un automóvil en
medio del paso a nivel. Además de que el chofer violó la señal establecida, las
condiciones del pavimento contribuyeron a que el motor del auto se detuviera.
Independientemente de la responsabilidad de los choferes, las
autoridades ferroviarias de las respectivas localidades tienen que mantener un estricto
control de los pasos a nivel enclavados en su jurisdicción, respondiendo porque en cada
uno de ellos existan todas las condiciones de visibilidad, señalización y del estado de
la capa de rodamiento, capaces de garantizar, desde el punto de vista técnico y
preventivo, la seguridad del tránsito por esas intersecciones, conocidas como pasos a
nivel y que constituyen hoy un verdadero azote en las vías férreas. |