 Cerámica en Las Tunas
Engendrar con amor

Pastor Batista Valdés
LAS TUNAS.-Si bien el Combinado de la cerámica es una de esas
empresas sobre cuyas espaldas ha caído más inclementemente el peso de esta adversa etapa
posterior a 1990, también figura entre las que, frente a esa realidad, mejor se ha
sacudido.

La cerámica técnica amplía constantemente sus horizontes.
Lo confirma el notable impacto que causó en la última Feria del
Caribe la exquisita muestra de figuras ornamentales, cuyo conjunto (merecedor de un
premio) despertó la atención en hombres de negocios.
No ha sido, sin embargo, la línea decorativa u ornamental la
única, ni la fundamental durante estos años.
Como explican Luis Juan García y Rafael Muñoz (director general el
primero y de mercadotecnia el segundo) la necesidad de sustituir importaciones con
respuestas del propio país provocó una verdadera "detonación" en la llamada
cerámica técnica.
Ramas como la química, minero-metalúrgica, eléctrica y otras
vieron de pronto el cielo más despejado gracias a la incursión de los ceramistas tuneros
en producciones que van, desde materiales antiácidos o electroaislantes hasta crisoles
para estomatología.
Tal es el caso de los anillos para torres empacadas, las llamadas
monturas Intalox, retenedores y catalizadores, aisladores de poleas, de barras y de grúas
viajeras, pizarras para selección de voltajes de transformadores eléctricos, moldes para
producciones en látex, boquillas para soldaduras con gas inerte...
Y LO MIO PRIMERO
Esa cubana frase viene como anillo al dedo en esta industria. Con
inteligencia y brazos propios, especialistas y trabajadores lograron convertir aquel
pequeño taller inicial en el magnífico Combinado que bajo la firma comercial CLT hoy
agrupa a seis plantas productoras con tres talleres y un laboratorio central, donde
laboran unas 420 personas.
Pero además, la materia prima fundamental está en el país. El
caolín abunda en cerros como el de Dumañuecos y Caisimú, al norte de esta provincia,
cierta proporción se trae desde la Isla de la Juventud, mientras Holguín aporta
feldespato y Pinar del Río arena sílice.
Con el talento de estos hombres y mujeres fueron concebidos y
montados los equipos que intervienen en la producción de aisladores eléctricos. La
propia fábrica construyó sus hornos de gaveta (cinco en total) a partir de una
experiencia española, cuyos quemadores, incluso, son hechos aquí mismo.
Y no es todo: a las ya conocidas y reconocidas experiencias en la
línea ornamental (reforzada desde el pasado año) y técnica se suma la real capacidad de
producir también elementos de vajilla, tejas criollas, rasillas y celosías decorativas.
Esas y otras piezas germinan de las manos de mujeres y hombres como
Barbarita Zamora, Sandra Domínguez, José Angel Leyva, Carlos Espinosa o Carlos
Rodríguez...
Sobre ellos gravitó la misma posibilidad un día: quedar
interruptos, ser reubicados, irse a casa con determinado por ciento salarial asegurado a
cambio de ningún aporte material...
Y en cambio ahí están, engendrando con amor lo que con amor
perdura. |