 
Dos hermanas: Yamilys (izquierda) y Jacqueline Brito
recrean con imaginación los conceptos
Plástica
Jacqueline y Yamilys: BRITO por dos

La metáfora de la exploración-investigación es la que mejor
definiría el quehacer de dos interesantes creadoras cubanas, hermanas por demás:
Jacqueline y Yamilys Brito. Para presentarlas se podría decir que más que artistas
plásticas, son, ante todo, amantes de la naturaleza, del ser humano, de la ciudad...
Recientemente, en la galería La Acacia propusieron al espectador
sus respuestas a tantas interrogantes, en la muestra Espejos y ventanas, integrada
por instalaciones de grabado, óleo/tela y mosaicos que hablan de la creatividad y
también de mitologías personales, reflexiones comunes, realidades e imaginaciones que
convergen en la vida,
Renuentes a transitar por caminos trillados, a barajar cómodamente
imágenes manidas, obvias o simplemente superficiales sobre temáticas más o menos
manoseadas, las jóvenes profesoras del ISA se internan en cuanta tierra incógnita
les parece impostergable reconocer: la suya propia y la de las personas que las rodean, la
del lugar común que las cobija. Es como un inventario de lo vivido, imaginado y visto
alguna vez.
YAMILYS: NOMBRAR LAS COSAS
No hay mejor título -con permiso de Eliseo Diego- para identificar
a esta creadora. Los nombres de las calles fueron como una brújula que le enseñaron el
camino, le abrieon puertas en su obra. En el Centro Wifredo Lam presentó esos trabajos
conceptuales, conjuntamente con Jacqueline con quien expone a dúo desde 1991. Ahora se
"sumerge" más en la ciudad, entra en las casas y en los hombres y mujeres que
las habitan.
En sus instalaciones recientes, donde están integradas la
xilografía y el linóleo sobre colagrafías, deambulan objetos reales, porque de esta
manera introduce en ellas todo tipo de asociaciones o referencias emocionales y
vivenciales. Utiliza el papel y materiales de elaboración simple para construir sus
piezas, y trata de romper la tradición del grabado en blanco y negro, utilizando valores
del kitsch en el exceso de colores, y elementos de la cultura popular.
JACQUELINE: LA SIMULACION
Jugar con las texturas, los conceptos y hasta con la literatura
-muchos de sus trabajos tienen ese basamento- forma parte del quehacer de Jacqueline. Su
técnica es la de la simulación por "la carencia de materiales, es un camuflaje que
me abre otra realidad".
Los motivos temáticos persistentes en su obra (óleos sobre lienzo
y mosaicos) son los que aluden al acto de la creación artística relacionados con sus
propias inquietudes expresivas, a partir de la explotación visual del entorno personal y
colectivo.
En contacto con sus piezas, uno tiene que acercarse, incluso llegar
a tocarlas para conocerlas realmente. Piden a gritos que los ojos del espectador se
pierdan en los intrincados laberintos texturales de las superficies haciendo parecer ese
aporte matérico que le resulta imprescindible. Sus imágenes denotan un intenso e
irrefrenable contacto con el medio circundante y sus personajes están rodeados de una red
(el mosaico) que los atrapa. (T.P.) |