 
Melba Hernández volvió a estar entre jóvenes.
¿Motivo? Presentar el libro Y lo hermoso nos cuesta la vida, semblanza biográfica de
Abel Santamaría, título especialmente preparado en la Editora Abril para el VII Congreso
de la UJC y escrito por las colegas de Granma Marta Rojas y Sara Más.
Primer requisito de la universidad cubana: formar revolucionarios
Vladia Rubio, Sara Más y Susana Lee
Según estaba previsto, con este tema dio inicio la segunda jornada
del VII Congreso de la UJC, en cuyas primeras horas los conceptos de integralidad,
incondicionalidad, y Proyecto Educativo fueron abordados desde diversos ángulos y a
partir de las experiencias de los delegados.
Hassán Pérez, presidente de la FEU de la Universidad de La Habana,
subrayó que su centro y todos los de Educación Superior no son solo espacios académicos
sino, esencialmente, centro de moral política y patriótica, por tanto, su misión
fundamental es formar las actuales y futuras generaciones de cubanos profundamente
revolucionarios y altamente preparados.
Precisó que, en consecuencia, el concepto de integralidad concentra
estos propósitos y no debe ser reducido a un enfoque "docentista".
En esta misma dirección,
Jesús González, secretario de la Juventud en la Universidad Central de Las Villas,
subrayó que tanto el Proyecto Educativo como el proceso de integralidad son herramientas
que se podrán aprovechar más en la medida que la UJC y la FEU funcionen cada vez mejor.
La brigada de la FEU fue identificada por más de una intervención
como el contexto por excelencia para enfrentar junto con el comité de base, conductas
nocivas como el fraude y el individualismo, y también otras que tienen lugar en las
residencias universitarias.
Ariadne Placencia, de la CUJAE, llamó a precisar en cada lugar
dónde deben volcarse los esfuerzos fundamentales, así como propiciar que cada cual
arribe a sus conclusiones y convicciones de manera individual para asumir los problemas y
su solución como algo propio.
La delegada aportó al debate el importante concepto de que por ser
las universidades cantera de los futuros cuadros del país es necesario preparar también
en este sentido a los profesionales porque no todos están conscientes que dentro de 10
ó 15 años estarán al frente de una empresa, o de una instancia de dirección
política.
LA RESERVA CIENTIFICA, UNA GARANTIA DE RELEVO
Fue la propia Ariadne la que indirectamente introdujo este tema al
abordar la participación de la Juventud Comunista en el proceso de renovación de los
claustros, que envejecen y anualmente se ven mermados por motivos de jubilación,
problemas personales y otros.
Interrogada por el Comandante en Jefe, explicó que en su centro no
se trataba de una experiencia nueva y que la universidad no solo debía identificar
quiénes son los estudiantes que pueden formar parte de su claustro, sino prepararlos
dentro del plantel como dirigentes del mismo.
En un dinámico intercambio en el que, instados por Fidel, tomaron
parte Fernando Vecino Alegret, Rosa Elena Simeón, ministros de Educación y de Ciencia y
Tecnología, respectivamente, se esclareció que este proceso de selección de profesores
y también de investigadores, parte del requisito primordial de que sean patriotas,
revolucionarios incondicionales, y ello es también condición indispensable para los
concursos de oposición que al respecto convoca el MES.
La reserva científica fue señalada como una cantera de estos
nuevos profesores e investigadores, en cuya selección es imprescindible la participación
de la UJC, enfatizó Vecino.
Rosa Elena abundó en que esta reserva científica, surgida en 1991
por el Polo Científico del Oeste, fue una idea del Jefe de la Revolución, que se
extendió luego del congreso de la FEU en 1995, al resto de los polos, y hasta esta
última graduación han transitado ya por ese sistema 3 823 egresados de todas las
carreras.
Ellos son para nosotros, aseguró, la mayor satisfacción porque
significan la continuidad del desarrollo científico, de esa gigantesca obra hecha por la
Revolución.
Luego de un recuento de cómo evolucionaron las ciencias en Cuba -de
cuatro instalaciones con un centenar de trabajadores en total que teníamos en 1959, hoy
son 222 centros con 31 928 trabajadores- la titular destacó cómo la reserva científica
es la máxima concreción de la idea de Fidel de formar hombres de pensamiento, de
ciencia, en beneficio de nuestro pueblo expuesta el 15 de enero de 1960 y que constituye
pilar fundamental de la política científica del país.
En un intercambio en el que intervinieron varios asistentes, Fidel
abundó sobre las circunstancias y esfuerzos iniciales para la creación del Centro de
Ingeniería Genética y Biotecnología y el fomento sucesivo de otros centros de
investigación e instalaciones para el desarrollo de la ciencia y las inteligencias, con
personal de alta preparación, un tesoro que tiene el país, dijo, cuyos frutos van a
verse más adelante.
Reflexionó sobre el enorme potencial científico de la Revolución
y la importante contribución que en este campo pueden hacer nuestros profesionales en
otros países del Tercer Mundo que no cuentan con recursos para enfrentar la situación
que padecen o demandan la presencia de los cubanos.
Calificó de maravillosos a nuestros científicos, un contingente
valiosísimo cuya edad promedio es de 29 años y motivo de orgullo para la juventud
cubana.
La necesidad de ganar calidad en el debate ideológico conducido por
los revolucionarios y llegar a cada estudiante, así como promover el debate en todos los
espacios, fue reiterada por varios asistentes, así como el tema de las residencias
universitarias, importantes espacios de confrontación en la actualidad.
Al retomar una preocupación expuesta por Yadira Mellado, de la
Universidad de Oriente, sobre la falta de banderas cubanas y símbolos patrios en los
centros estudiantiles, mientras se ofertan en divisas en algunos establecimientos, Fidel
solicitó alguna información sobre la producción de la insignia nacional, cuya
confección se ha reducido por escasez de recursos e insistió en que las instituciones
que tengan necesidad de tener una bandera debieran contar con la posibilidad de
adquirirla, incluidos los visitantes que deseen llevarla como recuerdo de Cuba, sin
desconocer que los niveles actuales de producción son insuficientes.
DESDE LA ESCUELA Y PARA LA ESCUELA
Luego de abordar lo referido a los centros adscriptos al MES durante
la mañana, la primera parte de la jornada vespertina se dedicó a la preparación de los
futuros educadores en los Institutos Superiores Pedagógicos (ISP) y el papel de la UJC en
esta vital tarea, que implica preparar profesionales integrales, revolucionarios e
incondicionales.
El Comandante en Jefe dialogó con el Ministro de Educación sobre
la situación de los ingresos a los Pedagógicos, el éxodo del personal docente y otros
aspectos relacionados con el tema.
Se le explicó que este año ingresaron a los ISP 4 700 estudiantes,
todos graduados de 12mo. grado y una cantidad con nivel técnico medio para profesores de
politécnicos, de una aspiración de 5 500, precisándose que no cumplieron con sus
asignaciones las provincias de Ciudad de La Habana, Matanzas y Ciego de Avila y que Granma
fue la mejor del país en este sentido.
En cuanto a los que dejaron de trabajar en la docencia se informó
que nacionalmente fueron 8 000, de ellos 2 500 de la capital, en tanto regresaron a estas
labores 3 000 y se graduaron 3 200 en el último curso.
A la pregunta de cuáles provincias tienen mejores resultados
integrales en la educación, Luis Ignacio mencionó las de Santiago de Cuba, Villa Clara y
Pinar del Río y a renglón seguido ofreció un grupo de datos que reiteran el elevado
sitial que ocupa este sector en Cuba gracias a la Revolución.
Luis Ernesto Morejón, secretario general de la UJC en el
Pedagógico Varona, de Ciudad de La Habana, destacó una vertiente del trabajo de la UJC
en su centro dirigida a validar el principio martiano del estudio-trabajo formando al
maestro desde la escuela y para la escuela.
Sobre esta experiencia se informó que, en total, hay más de 500
estudiantes en La Habana y más de 1 700 en la capital, quienes a partir del segundo año
de la carrera magisterial, están impartiendo clases; no solo enseñando contenidos
estrictamente docentes sino educando en su sentido más amplio. Durante el análisis de
este punto Fidel destacó las hermosas tradiciones que forman parte de la historia de los
maestros cubanos, recordando a los miles que cumplieron misiones internacionalistas en
Nicaragua y Angola, en lugares intrincados como los que hoy recorren los médicos que
prestan su concurso en Centroamérica, a los que fueron asesinados o cayeron en combate
mientras brindaban sus servicios y comentó que la Asociación de Combatientes de la
Revolución Cubana está estudiando incorporar a estos maestros internacionalistas a su
organización.
Carlos Valenciaga, presidente de la FEU, al resumir el tema de las
universidades en general, expresó su satisfacción porque todas las reflexiones hechas
habían partido del principio de la universidad para los revolucionarios. Y tanto estas
intervenciones como todo el proceso del congreso han dejado claro la responsabilidad
política que tienen las organizaciones estudiantiles, juveniles, dentro de la enseñanza
superior.
Al abordar el asunto de cómo continuar conservando esta universidad
para los revolucionarios, afirmó que ello podía seguir garantizándose fortaleciendo
mucho más esas organizaciones, teniendo conciencia plena de la unidad FEU-UJC en todas
sus instancias, y enfatizó de forma particular en cultivar el debate, que puede versar
sobre cualquier asunto -apuntó- pero SIEMPRE para que la Revolución salga ganando porque
son de una fuerza innegable los argumentos que la sustentan.
Situó entre las cuestiones a resolver también lo relacionado con
el hábito de lectura, una mayor autopreparación política e, incluso, ciertas posturas
ingenuas que no estiman en su exacto valor la misión de quienes dirigen una brigada de la
FEU o un comité de base.
Su intervención insistió una vez más en lo vital de profundizar
en nuestra historia porque cuando esta no se conoce bien -explicó- la gente no asume el
antimperialismo por convicción propia.
En cuanto a la integralidad de los futuros egresados, afirmó que su
principal resultado es contar con profesionales conocedores de los retos que hoy tenemos
y, muy especialmente, capaces de responder de manera incondicional a la Revolución.
Abundó en la importancia de que las organizaciones participen en la
evaluación de los profesores porque, aunque la inmensa mayoría son ejemplo, existen
algunos que instruyen pero no educan.
Mencionó a las residencias estudiantiles como muestra de lo que
falta por hacer en el terreno de la combatividad y del fortalecimiento del autogobierno
estudiantil.
Este proceso del VII Congreso, concluyó, ha sido esencial para
unirnos las organizaciones estudiantiles en la base, y si en enero de 1959 había 3
centros de enseñanza superior, hoy son 79 incluyendo las filiales universitarias, y en
todos los casos puede hablarse de una universidad comprometida con el pueblo, justa, sin
distinciones de raza, sexo o posibilidades económicas y en donde no se ha suspendido
ninguna de sus actividades fundamentales a pesar de las difíciles condiciones
económicas.
Todos esos son argumentos, afirmó categórico, de por qué tenemos
que continuar defendiendo una universidad para los revolucionarios, donde la vanguardia
intelectual esté unida a la vanguardia política.
LOS COMUNISTAS DE LA SALUD TOCANDO EL FONDO DE LOS PROBLEMAS
La importancia del trabajo político ideológico en el sector de la
salud, que comienza en las facultades médicas y se tiene que fortalecer y demostrar en la
labor de todos los días, fue expresada por Roberto Baños, de Cienfuegos, quien introdujo
este tema en los debates.
Como él, varios delegados ratificaron la incondicionalidad de los
jóvenes del sector para asumir sus deberes diarios y misiones solidarias como las que hoy
protagonizan sus colegas internacionalistas en el mundo. También manifestaron la
necesidad de continuar trabajando por el desarrollo de la ética médica y contra
deficiencias en un sector que es altamente sensible para la población.
Abogaron por seguir fomentando la formación integral de los
profesionales de la salud, aprovechar más aún los espacios y posibilidades para la
superación, y revertir insatisfacciones en el trabajo de la organización juvenil
relacionadas con aquellos que se alejan del principio de la incondicionalidad para asumir
las tareas políticas y sociales.
En un sector donde la mayoría somos militantes de la Juventud
(64,3%), apuntó Yiliam Jiménez, médico de la familia y miembro del Buró Nacional, la
vanguardia intelectual tiene que estar unida a la vanguardia política, un precepto que se
ha priorizado en las facultades de Medicina.
A diferencia de lo que ocurría dos años atrás y como parte del
proceso orgánico de este congreso, precisó, hoy los secretarios de la UJC en nuestras
universidades pertenecen al sector. Un reto que también se extiende a las instalaciones
hospitalarias, donde se trabaja para que los profesionales que dirijan a los jóvenes sean
especialistas y además mantengan su vínculo con la consulta y la guardia médica.
Su intervención propició una amplia reflexión de Fidel, quien
recordó la situación que encontró el Gobierno Revolucionario en el campo de salud, los
esfuerzos por desarrollarlo, las circunstancias en que se crearon los programas para la
formación del médico general integral y lo que se ha avanzado en ese terreno.
Insistió en cómo a pesar de las dificultades del período especial
y de factores objetivos y subjetivos adversos, logramos mantener nuestros índices de
salud e incluso seguir reduciendo la mortalidad infantil. Una demostración de la fuerza
tremenda que habíamos creado.
Exhortó a los jóvenes comunistas a discutir con profundidad y
enfrentar las dificultades o tendencias negativas que puedan existir, lo cual influirá en
favor del honor y la abnegación de nuestros médicos, cuyos méritos y gloria son razones
para profundizar en el sentido ético, revolucionario y solidario que debe acompañar esta
noble profesión. |