Es imposible no sentir en lo más profundo el dolor que hoy padece Palestina. Apenas se sostienen las palabras sin que el llanto las inunde, sin que la impotencia se vuelva fortaleza para alzar la voz ante tanta crueldad.
Miles de vidas han sido arrebatadas y, como si fueran pocas, hoy está latente la amenaza de que sean masacradas muchas más, en lo que han denominado una ofensiva final.
Cuando pareciera que la humanidad está más comprometida con la historia, Israel, con una impunidad aterradora, trae de vuelta una versión actualizada del holocausto.
Las imágenes que recorren el mundo son extremadamente duras, llevan en sí el sabor amargo de vestigios de un pasado que vuelve más absurdo e inhumano.
Entonces, ¿cómo no gritar desde las entrañas? ¿Cómo no exigir a los que se creen con el derecho de arrebatar los sueños, la inminente paz para el pueblo palestino?
De este lado de la tierra, donde se construye una sociedad con todos y para todos, donde la vida de cada ser humano importa; desde esta Cuba que se ganó con mérito propio el derecho de soñar y ser feliz, exigimos el cese del genocidio contra la población palestina.
«Palestina merece vivir en paz, el mundo merece la paz para vivir».




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Ramón dijo:
1
4 de marzo de 2024
15:03:23
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