Las mañanas siempre comienzan ajetreadas en el policlínico docente de Mantilla, en el municipio Arroyo Naranjo, pero en estos últimos meses, lo han sido aún más.
El nuevo coronavirus no da tregua al descanso a los médicos, enfermeras y técnicos de la salud que allí laboran, ya que de ellos depende la salud de la población bajo su cuidado.
Al igual que en todo el país, la estrategia fundamental es profundizar en las pesquisas a la población, incrementando el trabajo en sus 33 consultorios del médico de la familia, con el apoyo de 71 estudiantes de la salud y 49 trabajadores directamente en el terreno, buscando la mayor cantidad de sintomáticos.
Otra prioridad es hacerle los exámenes correspondientes a todos los que detecten con síntomas respiratorios.
Desde que los pacientes llegan al policlínico, pasan por el área de clasificación donde determinan las afecciones que los aquejan. De tener problemas respiratorios, son remitidos al cuerpo de guardia de esa especialidad, el cual funciona las veinticuatro horas del día, y es un local acondicionado para prestar la mejor atención a los pacientes.
El apoyo de los pobladores en esta faena es de primordial importancia. Ejemplo de ello son las donaciones de sangre de la Cooperativa Agropecuaria Sabino Pupo Milán, en el reparto Las Lajas de este Consejo Popular, que de conjunto entre los trabajadores y vecinos del mismo aportan su grano de arena para la eliminación de la pandemia.
La disminución de los casos en los últimos días no los hace confiarse, más bien dispara las alertas a no bajar la guardia, porque en ello está si verdaderamente el Sars-cov-2 puede ser controlado o no.








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