ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Acueducto de Albear: maravilla de la ingeniería civil cubana, a 127 años de su construcción, continúa prestando un invaluable servicio a la población de la capital. Foto: Jose M. Correa

Una de las maravillas de la ingeniería cubana cumple 127 años. Medalla de Oro en la Exposición de París en el 1878 por la excelencia del proyecto, considerada en su momento una Obra Maestra de la ingeniería a nivel internacional. Incluída entre las 7 maravillas de la Ingeniería Civil Cubana y poseedora de la condición de Monumento Nacional.

Está constituido por un tanque rectangular, dividido en dos estanques... El gigantesco pórtico está ubicado al centro del conjunto. Foto: Jose M. Correa

El 23 de enero, de 1893, finaliza la construcción del Acueducto de Albear y se inaugura así la red de distribución de agua de La Habana en presencia del Capitán General, el Obispo de La Habana y demás autoridades del país.

La obra, considerada una de las Siete Maravillas de la Ingeniería Civil Cubana, suministra aún el 20 por ciento del agua consumida en la capital. Foto: Jose M. Correa

En esta hermosa y colosal obra todo es singular: el rigor técnico, la belleza de su arquitectura civil, la garantía de un agua sana, la seguridad de su labor al no requerir de bombeo mecánico y sólo demanda desinfección mediante cloración.

Su funcionamiento se basa en la gravedad y la obra fue premiada en su conjunto con la medalla de oro en la Exposición de París de 1878. Foto: Jose M. Correa

A 127 años de su construcción, el Acueducto de Albear aún presta un invaluable servicio a la población de la capital cubana al entregar casi el 20 por ciento del consumo de agua de La Habana.

Los terrenos que rodean los depósitos de Palatino fueron convertidos en bellos y artísticos jardines en 1926. En una sección de los jardines se ubicaron cuatro esculturas que representan las estaciones del año. Foto: Jose M. Correa

Está integrada además por las obras de captación en los casi 400  manantiales de Vento que aportan unos 150 000 m3 de agua pura y sana, recogidos en una gran taza de cantería, conocida como la taza de Vento, provista de sus correspondientes aliviaderos y compuertas, el túnel bajo el lecho del río Almendares, el Canal de Vento, los depósitos de Palatino y el sistema de distribución del agua a la ciudad de intramuros. Portentosa para su época, su caudal de agua era superado solo por los construidos en Nueva York y Londres.

La garantía de un agua sana y la seguridad de su funcionamiento es notable. Foto: Jose M. Correa

Un cubano ilustre, el General de Brigada de Ingenieros, Don Francisco de Albear y Lara, nos legó la más célebre de sus obras de ingeniería, catalogada como la obra más importante realizada en Cuba en el siglo XIX: el mundialmente conocido Acueducto de Albear.

Por debajo del lecho del río se encuentra un túnel con dos conductoras de hierro fundido de un 1 m de diámetro, las que conectan la taza con el canal, a través de aproximadamente 10 km hasta los tanques de distribución de Palatino. Foto: Jose M. Correa
El acueducto de Albear (1893), el sifón de Vento. Foto: Jose M. Correa
En esta obra todo es singular: la precisión técnica y la belleza de sus construcciones civiles. Foto: Jose M. Correa
La taza grande de Vento. Foto: Jose M. Correa
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