El
presidente de Ecuador, Rafael Correa, manifestó que en pleno siglo
XXI las expresiones coloniales no habían desaparecido del todo: el
Imperio del Capital y los monopolios privados de las comunicaciones,
el oenegecismo que pretende imponer sus intereses, un orden
mundial injusto e inmoral.
El presidente reiteró en su discurso las críticas
al Sistema Interamericano de Derechos Humanos vigente, y la fuerte
campaña mediática que se cierne sobre varios países de la región.
También comentó que la región necesitaba su
propio sistema de derechos humanos, puso énfasis en la necesidad de
hacer de América Latina y el Caribe un espacio de mujeres y hombres
libres. En otro momento dijo que el primer paso para superar la
pobreza es cambiar las relaciones de poder. Liberar a nuestros
países de nuevos colonialismos y de las élites que nos han dominado,
afirmó Correa.
El mandatario ecuatoriano refirió igualmente que
la integración debe servir para proclamar el derecho a vencer la
pobreza usando soberanamente nuestros recursos naturales.
Concluyó su intervención con la frase de nuestro
Coman-dante en Jefe Fidel Castro: "Revolución es sentido del momento
histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y
libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres
humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios
esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera
del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se
cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés,
altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia,
inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios
éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo
capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas".