Reafirmando la vigencia del acervo histórico de la Comunidad, los
Jefes de Estado y de Gobierno de la región ratificaron en la
Declaración de La Habana su voluntad de fortalecer a la CELAC como
un espacio de diálogo político efectivo que permita buscar
soluciones conjuntas a problemas comunes y contribuya a una mejor
inserción de nuestra región en el ámbito internacional.
Asimismo, insta a cada una de las 33 naciones soberanas de
América Latina y el Caribe a trabajar por el desarrollo sostenible,
por superar las desigualdades y por una más equitativa distribución
de la riqueza.
Conformada por 83 párrafos, la Declaración de La Habana toca
asuntos medulares para el desarrollo regional, así como otros temas
económicos, sociales y políticos de carácter universal.
Insiste en el respeto irrestricto a los Propósitos y Principios
de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, la
solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la
amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, a
la soberanía, la integridad territorial, la no injerencia en los
asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos
los derechos humanos, el Estado de Derecho en los planos nacional e
internacional, el fomento de la participación ciudadana y la
democracia.
La Declaración de La Habana pronuncia el profundo pesar de
América Latina y el Caribe por el fallecimiento el pasado año del
líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez, "uno de los
principales fundadores e impulsores de la CELAC, humanista
incansable e impulsor de la unión latinoamericana y caribeña, que
luchó contra la exclusión social, la pobreza e impulsó el desarrollo
integral de la región".
Hace énfasis en el propósito de la CELAC de continuar avanzando
unidos en la concertación y la integración latinoamericana y
caribeña, conforme a los ideales de nuestros próceres de la
independencia.
"Ratificamos nuestra decisión de establecer acciones que nos
permitan prevenir, y en su caso, afrontar coordinadamente, los
efectos de la actual crisis internacional de múltiples
interrelaciones, que sigue impactando negativamente en los esfuerzos
de nuestros países para fomentar el crecimiento y el desarrollo
sostenible e integral de la región", manifiesta.
Por otra parte, llama a la comunidad internacional a tomar
medidas urgentes para enfrentar las fragilidades y desequilibrios
sistémicos, así como realizar esfuerzos para impulsar ritmos de
crecimiento económico sostenido, dinámico y de largo plazo para la
región, que propicien una equidad e inclusión social crecientes y la
integración de la América Latina y el Caribe.
"Reafirmamos que para la erradicación de la pobreza y el hambre
es necesario impulsar políticas económicas que favorezcan la
productividad y el desarrollo sostenible de nuestras naciones,
trabajar para fortalecer el orden económico mundial en beneficio de
nuestros países, fomentar la complementariedad, la solidaridad y la
cooperación, y exigir el cumplimiento de los compromisos de ayuda al
desarrollo, por parte de los países desarrollados", refiere sobre el
tema que centró los debates de la Cumbre.
Por otra parte, la CELAC se compromete a luchar contra el tráfico
ilícito de bienes culturales y reconoce que los pueblos indígenas y
comunidades locales desempeñan un papel importante en el desarrollo
económico, social y ambiental, así como la importancia de las
prácticas agrícolas tradicionales sostenibles, asociadas a la
biodiversidad y el aprovechamiento de sus recursos.
La Declaración reafirma la voluntad del grupo de impulsar una
política regional de Cooperación Sur-Sur y Triangular que tenga en
cuenta las características y necesidades específicas de las diversas
áreas y subregiones incluidas dentro de la CELAC. En ese sentido,
reconoce al Caribe insular y Centroamérica, así como los países en
la costa norte de América del Sur con áreas costeras bajas, como las
subregiones de mayor vulnerabilidad desde el punto de vista
económico, social y medioambiental.
La Comunidad se pronunció por continuar contribuyendo al esfuerzo
de reconstrucción y desarrollo de Haití, de conformidad con los
ámbitos prioritarios definidos por su Gobierno, y con pleno respeto
a su autoridad y soberanía.
También insta a los estados miembros a seguir avanzando en la
consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio e insiste en
la importancia crucial del proceso intergubernamental de formulación
de la Agenda de Desarrollo Post 2015, que deberá ser abierto,
transparente e inclusivo.
Destaca que la naturaleza global del cambio climático requiere de
la cooperación de todos los países, en conformidad con la
responsabilidad histórica de cada cual por este fenómeno, para
acelerar la reducción global de las emisiones mundiales de gases de
efecto invernadero y la adopción de medidas de adaptación.
En otro apartado del texto, la CELAC reitera el carácter
latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y compromete al organismo
a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional para
lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio
libre de colonialismo y colonias.
Igualmente la Comunidad manifiesta su rechazo a las listas y
certificaciones unilaterales por parte de países desarrollados que
afectan a países de la América Latina y el Caribe, en particular las
referidas al terrorismo, narcotráfico, trata de personas y otras de
similar carácter.
"Ratificamos el Comunicado Especial aprobado por la CELAC el
pasado 5 de junio, que rechaza la inclusión de Cuba en la denominada
Lista de Estados que promueven el terrorismo Internacional del
Departamento de Estado de los Estados Unidos", subraya la
Declaración.
Igualmente, la CELAC reitera su más profundo rechazo a la
aplicación de medidas coercitivas unilaterales y, en específico,
llama al gobierno de los Estados Unidos de América a que ponga fin
al bloqueo económico, comercial y financiero que impone a Cuba hace
más de 50 años.
Por otra parte, confirma su respaldo a los legítimos derechos de
Argentina en la disputa de soberanía por las Islas Malvinas,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos
circundantes, e insta a que dicha disputa se resuelva por la vía
pacífica y de la negociación.
Se apoya también el proceso de diálogo que se lleva a cabo en La
Habana, entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), así como se saluda los
avances logrados mediante la consecución de acuerdos en dos
importantes puntos de la agenda.
En la Declaración de La Habana, la CELAC expresa su más seria
preocupación por la grave situación humanitaria y de seguridad en
Siria y reitera que solo un proceso político inclusivo liderado por
los sirios podrá conducir a la paz en ese país. También toma nota
con satisfacción del acuerdo preliminar entre Irán y el Grupo 5+1 en
Ginebra sobre el programa nuclear de la nación persa, lo cual
demuestra que el diálogo y la negociación son la vía para dirimir
las diferencias entre los estados.
En el texto se destaca además la celebración, por primera vez en
las Naciones Unidas, de una Reunión de Alto Nivel sobre Desarme
Nuclear, en la que la CELAC reafirmó la necesidad urgente de avanzar
hacia la eliminación total y general de las armas nucleares de forma
transparente, irreversible y verificable.
De acuerdo con la Declaración de La Habana, la CELAC se
congratula por el establecimiento del Foro CELAC-China y del
Mecanismo de Diálogo con la Federación de Rusia, elementos que
pueden redundar positivamente en las actividades de la Comunidad.
También se hace referencia a la labor del organismo
latinoamericano y caribeño para concertar una Hoja de Ruta para el
diálogo y la cooperación con actores extraterritoriales como
Sudcorea, Turquía, Japón y el Consejo de Cooperación para los
Estados Árabes del Golfo.
En otro orden, se manifiesta el apoyo del grupo de 33 naciones al
proceso preparatorio de la II Cumbre CELAC-Unión Europea, a
celebrarse en Bruselas en el año 2015.