El
primer presidente en intervenir en el plenario de este miércoles de
la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), fue el venezolano Nicolás Maduro, quien reiteró el
agradecimiento al Gobierno y al pueblo de Cuba por tanta solidaridad
hacia su país, así como por el reconocimiento al líder bolivariano,
Hugo Chávez, realizado en horas de la mañana en la Cabaña.
Maduro calificó la Cumbre en La Habana como
histórica y transmitió un saludo al líder de la Revolución Cubana,
Fidel Castro, a quien describió como gigante de la dignidad de
Amé-rica Latina y el Caribe y de los pueblos del Sur.
En ese sentido, aseguró que Fidel es el más
gran-de martiano. Rescató el proyecto del Héroe Nacional y también
el proyecto de los libertadores, —apuntó—.
El siglo XIX pudo haber sido el inicio del siglo
de la unión, pero terminó siendo un siglo de división. El siglo XX
nos encontró divididos, fue de dominación, de dictaduras, saqueo
económico, desvarío del camino, de la acumulación de la pobreza, de
la personificación del subdesarrollo. Debemos valorar la importancia
histórica de encontrarnos aquí en este punto del camino, enfatizó el
mandatario venezolano, al realizar un recorrido histórico por los
momentos de la integración latinoamericana y caribeña.
Maduro recordó a Chávez cuando dijo que la
Comunidad fundada en el 2011 tenía que ser un espacio sólido para la
conformación de la "gran política".
Al respecto, destacó que los latinoamericanos y
caribeños debíamos aprender a vivir con nuestras diferencias,
aceptarlas y procesarlas, buscando la mejor manera de
complementarse. La gran política impide que la intriga nos domine,
acotó.
El presidente condenó la ocupación norteamericana
de la ilegal base naval de Guantánamo; mientras ratificó la
necesidad de que América Latina y el Caribe tome con fuerza las
causas para terminar con todas las manifestaciones de colonialismo.
En ese aspecto, saludó la decisión de la Cumbre
de ratificar el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico.
Maduro abogó, además, por asumir una "vacuna
antiburocratización", y establecer un método de trabajo permanente,
una agenda presidencial, del más alto nivel permanente de consulta
de decisiones, de acompañamiento, para que cuando se llegue a las
cumbres ya estén preparados los temas vitales para discutir.
En otro momento, defendió la idea de convertir a
la CELAC en un nuevo modelo con eficacia política, de unión y de
apoyo y protección de nuestros pueblos.