«Lo más cercano a sentirse enamorado sin estarlo». Así describió un director, por estos días, la experiencia de exhibir su película en la 44 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
Al escucharlo, y refiriéndose a esa pasión que despierta el evento, el cineasta argentino Pedro Wallace –realizador de Las preñadas (2023)– dijo que lo que más lo había impresionado de la proyección de su ópera prima en La Habana era la «increíble reacción de las personas».
La actriz Marina Merlino, una de las protagonistas de esta película argentino-brasileña, coincidió en que, precisamente, lo que distingue este Festival de otros es que al cine va la gente, no solo quienes participan del encuentro.
«¡El público de Cuba reacciona tanto!, y cuando salen, hablan; tienen muchas opiniones interesantes que compartir. Se podría estar horas escuchando lo que dicen», explicó Marina.
La joven actriz brasileña sostiene, junto a Ailín Salas, el mayor peso dramático de esta película de 79 minutos sobre dos mujeres embarazadas, Carmela y Juana, quienes emprenden un viaje en busca de ayuda médica desde San Antonio, un pequeño pueblo de la provincia de Misiones, en la frontera entre Argentina y Brasil, hasta una sala de primeros auxilios.
Según explicaron Marina y Pedro a Granma, la naturaleza juega un papel esencial en esta especie de manifiesto poético contra la falta de cuidados apropiados para el parto.
«Para mí fue muy importante entender el deseo de las mujeres de volver a lo natural a la hora de parir, de verse dueñas de su cuerpo y ser conscientes de él; de querer una adecuada atención que prescinda de violencias, inyecciones y cortes innecesarios», explicó la actriz, quien añadió, además, que pidió «permiso a todas las madres» para interpretar ese personaje en su cuerpo, y se preparó exhaustivamente para ser físicamente creíble.
Por su parte, Wallace confesó que la cuestión de lo rural le interesa mucho como artista. «Incluso hay escenas que no estaban en el guion, y fueron dictadas por el paisaje que nos encontramos».
Contó también que la idea de la película surgió a partir de un hecho en su pueblo natal, donde una pareja no fue admitida en el hospital, y ella tuvo que dar a luz en plena calle. «Entonces surgió este relato, atravesado por mi paternidad y la maternidad de mi mujer, teníamos entonces dos niñas muy pequeñas».
Como una realidad común a casi todos los sistemas de Salud de Latinoamérica, calificó el director esa que han pretendido «desnudar» en Las preñadas; otra entrega más que demuestra la disposición del cine hecho en la región, de poner altavoces frente a lo silenciado.
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