
El escenario es San Antonio de los Baños. Los actores y actrices son casi todos de allí mismo, lo que se llama naturales. Se ha prescindido del color.
Los océanos son los verdaderos continentes (2023), ópera prima del italiano Tommaso Santambrogio, llega a esta edición del Festival, para contar la separación de una manera poética, justo como adelanta su título.
Según el Director, de la emigración se suele hablar a través de números, pero a él le interesaba enfocarse en las personas, pues todas han experimentado, de una forma u otra, separaciones, más allá del hecho físico de dejar un país; hay muertes, rupturas, abandonos…
Este filme, una coproducción italo-cubana, con colaboración de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, es una versión ampliada de un cortometraje homónimo del propio Santambrogio, realizado en 2019, y cuenta tres historias: la de Alex y Edith, una pareja de artistas marcada por el propósito de ella de marcharse a otro país, y el de él de permanecer en Cuba; la de la anciana y viuda Milagros que vive en un mundo de perenne nostalgia y esperas; y la de los niños Frank y Alain, que sueñan con un futuro en el beisbol profesional.
Moviéndose en la frontera entre el documental y la ficción, la película es toda en blanco y negro. «En Occidente –explica Tommaso– hay un imaginario de Cuba muy folclórico, sobre todo a nivel estético; se identifica a la Isla con los colores exuberantes.
«Pero a mí me interesaba una perspectiva más cercana a la gente; y el blanco y negro suele funcionar como un filtro, que te obliga a cambiar la mirada, a variar la perspectiva y centrarte en la historia que se cuenta».
El cineasta refiere, además, que el proceso de trabajo con actrices y actores no fue jerárquico, sino más bien horizontal. Asimismo, dice que la emigración es una temática que marca tanto su relación artística con la Isla, porque Italia es una nación que también ha experimentado un fenómeno migratorio fuerte a través de su historia.
«Cuando exhibíamos la película allá, las personas del sur del país, sobre todo, se emocionaban mucho, porque se veían reflejadas. Este es un tema que siento, que me afecta».
Enmarcada en una atmósfera de tristeza y languidez, Los océanos… vuelve sobre una línea que ha marcado la producción cinematográfica cubana y latinoamericana de las últimas décadas, pero desde una perspectiva menos obvia, más lírica, y que demuestra cómo pueden imbricarse las miradas artísticas europeas con las de nuestros países, a pesar de culturas, distancias y océanos.
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